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Que paguen los ricos... pero ¿cómo?

EL COMENTARIO DE HOY

FRANCISCO AMPARÁN

Además del título de Presidente del Empleo con las Manos Limpias, el Presidente Calderón podría añadir el de Descubridor del Hilo Negro e Inventor del Agua de Limón. Y es que últimamente se ha dado cuenta de cada cosa...

En dos días consecutivos de la semana pasada, Felipe Calderón denunció a los grandes corporativos por esa curiosa costumbre que tienen de no pagar impuestos. Lo notable es que hasta ahora se entera de lo que todo mexicano sabe: que cualquier hijo de vecino, como usted o como yo, amigo lector, pagamos más a Hacienda que grandes corporaciones que facturan cientos o miles de millones de pesos. Sí, como lo lee: es posible que un mexicano común y corriente le aporte al fisco más que una empresa que emplea a miles de ellos.

Eso es archisabido. Lo que pasa es que no se había reconocido públicamente, ni el regaño había llegado desde tan arriba.

Al respecto, habría que hacer varias consideraciones:

La primera es ¿por qué lanzarse en estos momentos contra los grandotes de la iniciativa privada? ¿Será que ya se desesperó? ¿O quiso hacer ver que después del palo a la izquierda revoltosa, liquidando Luz y Fuerza, también trae entre ojos a la oligarquía... como ley de la compensación?

La segunda y más importante: que nadie toma en cuenta por qué es tan fácil para los grandes capitalistas evadir al fisco. Y es que, en realidad, no se trata de evasión. En gran medida lo que hacen esas corporaciones no es ilegal. Simplemente aprovechan los agujeros que les proporciona un sistema fiscal hecho con las patas y parchado cada año. Los empresarios tienen razón en alegar que cada quien toma lo que le dan. Y nuestros notables diputados, a lo largo de varias legislaturas, han abierto la puerta para que quien tenga dinero para contratar un equipo de contadores y abogados, se la pase pintándole violines a Hacienda. Y que sean los asalariados, los mismos de siempre, los que paguen el pato.

La realidad es que la única solución para que todo el mundo pague impuestos, grandes o pequeños, empresarios o vendedores de discos piratas, es simplificar el sistema recaudatorio. Y eso implica acabar con los regímenes especiales y aplicar un impuesto al consumo de tasa única. Sí, el IVA a alimentos y medicinas. Pero también acabar con la discrecionalidad de los manejos económicos en los sindicatos mafiosos. Y claro, liquidar a ese engendro monstruoso que es el IETU.

La cuestión es que nuestra clase política es tan mediocre, tan limitada, que se cree sus propias mentiras y demagogias. Es incapaz de romper las inercias del pasado, y sigue creyendo que alguien les va a pasar factura por hacer lo que evidentemente se tiene que hacer. Lo contrario es lo correcto. Necesitamos estadistas, no políticos de pacotilla. Necesitamos hombres cabales que tomen decisiones, y no maricones que se la pasen escondiéndose tras las faldas del "costo político" como hasta ahora.

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