Evadir, temer o negarse hacer cualquier tipo de compromiso nos priva de la posibilidad de vivir plenamente. Para iniciar un nuevo año con el firme propósito de lograr nuestros proyectos debemos primeramente empezar a comprometernos sinceramente con nosotros mismos.
Nelson pronto cumplirá 50 años y asegura que quisiera encontrar una pareja, alguien suficientemente afín a él, como para casarse y compartir el resto de su vida. Ya ha salido con una gran variedad de mujeres, bellas, inteligentes, simpáticas, cariñosas, altas, bajas, etc. pero a todas, sin excepción, les ha encontrado un defecto y una buena justificación para terminar alejándose de ellas justo en el momento en que las cosas se están por poner más serias. ¿Será entonces, que no ha encontrado una buena pareja o que el miedo a comprometerse y casarse lo ha llevado a perder buenas oportunidades?
Actualmente tiene una linda novia, Amanda, una buena mujer, atractiva, trabajadora y sobretodo que lo quiere y lo acepta tal cual es. Nelson es un hombre sensible, amante de la naturaleza, sencillo; una persona auténtica, un buen amigo, bohemio, divertido y leal como pocos. Nelson y Amanda se complementan bien. Amanda lo respeta, lo apoya y tiene una gran experiencia en muchas áreas que Nelson desconoce, ella lo centra y lo guía. Gracias a la influencia de Amanda, Nelson tiene un trabajo fijo con una buena compañía, cuida mucho más su apariencia, se viste mejor y come en forma más saludable. La familia y los amigos de Nelson aprecian mucho a Amanda y están esperando el momento en que él se decida a pedirle matrimonio. Nelson, sin embargo, aún tiene dudas. Afirma que le gusta vivir intensamente y que se considera una persona realmente feliz. Opina que sus amigos que están casados, sufren y teme que si se casa pueda llegarle a suceder lo mismo. Siente que no tiene necesidad de arriesgarse a casarse y estar en una situación en la que pueda sentirse atrapado.
Nelson continúa asegurando que no le teme al matrimonio, que le gusta estar en pareja y que quizá quisiera tener un hijo. También está consciente que el tiempo pasa, y que ya no es un muchachito. Pero insiste que no quiere cometer un error. Si se casa, no hay garantías de éxito y puede perder la libertad que tanto ama. Sólo está dispuesto a casarse cuando esté seguro de haber encontrado la pareja perfecta y de más está decir, que a todas sus relaciones les encuentra algún defecto.
Lo que Nelson no sabe es que por más responsabilidad y dificultad que implique un matrimonio, el no casarse también es en sí un compromiso: el compromiso a no tener una pareja estable y duradera, el compromiso a continuar solo y en la eterna búsqueda de la relación perfecta.
Como dice el viejo dicho: “El que no arriesga no gana”. Este nuevo año es un buen momento para comprometerse y lograr las promesas y propósitos incumplidos.
“El verdadero secreto para vivir comprometido radica en pensar cómo puedo hacer feliz a otro y no pensar cómo me harán feliz a mí”. A. Goldberg
COMPROMETIÉNDOSE CON LA VIDA
Ingredientes:
1 lb. de valor.
2 tazas de responsabilidad.
1 taza de honestidad.
3 manojos de esfuerzo.
5 gotitas de obligación.
1 rebanada de confianza.
1 sobre de cuidado y atenciones.
Condimentos:
Detalles, tolerancia, generosidad y agradecimiento.
Utilice diariamente todos los ingredientes asegurándose de no excluir a ninguno. La práctica asegurara el éxito.
Modo de preparación:
Hay elecciones que tomamos que nos marcan para el resto de nuestras vidas. Tener la valentía para elegir ubicándose en la realidad y siendo honestos, ayudará a que el compromiso sea auténtico y duradero.
No basta con tener los ingredientes adecuados para mantener el compromiso, hay que cuidarlos. Los ingredientes de esta receta son tan valiosos que se convierten en únicos, frágiles y es necesario vigilarlos celosamente porque fácilmente se pueden echar a perder.
Cuando no se comparten los platillos, se pudren. El verdadero propósito de la cocina de la vida es poder crear y compartir ricas recetas, a pesar de que esto implique trabajo y esfuerzo. Cuando se cocina y no se tiene con quien comer, pronto se pierde hasta las ganas de cocinar. El verdadero cocinero disfruta tanto de su cocina como de las personas que la comparten y saborean sus delicias.
Uno alcanza el punto de perfección a través de su compromiso con la vida. Vivir sin compromiso es evadir; vivir plenamente es comprometerse con la vida. El compromiso otorga sentido y razones para luchar diariamente.
Cuando uno vive solo para uno mismo, no puede querer a nadie más; vivir comprometido implica dar de sí, tener que hacer cosas para que otro sea feliz, y dejar de ser egoísta. El compromiso no excluye o divide la vida, la multiplica y la enriquece. A. Goldberg.
Ya tenemos las tarjetas, ¡cómpralas!
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