Israel rechazó los llamados internacionales para detener su devastadora ofensiva aérea contra los extremistas palestinos en Gaza cuyos ataques con cohetes siguen haciendo blanco en territorio israelí, y envió más soldados y tanques a la frontera, indicios que una invasión terrestre podría ser inminente.
Una larga columna de tanques y otros vehículos, de dos o tres en fondo, se extendía a lo largo de una ruta de acceso a Gaza. Decenas de tanques estaban estacionados en un campo anegado por la lluvia en la frontera.
Los comandantes proseguían con los preparativos para una ofensiva terrestre, dijo un funcionario israelí de defensa que habló a condición de anonimato. Previamente en la semana, el Gobierno aprobó el llamado de más de 9 mil soldados de la reserva.
Ayer Israel arreció los bombardeos contra los túneles de contrabando que son vitales para la agrupación gobernante Hamas.
La acción diplomática internacional comenzó ante el rápido aumento de la destrucción en Gaza desde el sábado, cuando Israel comenzó sus ataques, y una cifra de bajas que las autoridades de Gaza colocan ahora en 390 muertos y unos mil 600 heridos.
El número de muertos en Gaza, según las autoridades, es de 374. Hamas ha dicho que unos 200 integrantes de sus fuerzas de seguridad han muerto, mientras que la ONU ha indicado que los civiles muertos suman al menos al menos 60.
Cuatro israelíes, tres de ellos civiles, murieron por los cohetes de los extremistas palestinos, que han comenzado a caer cada vez más adentro del territorio de Israel.
El jefe de los servicios de seguridad interna de Israel, Yuval Diskin, le dijo al Gabinete ayer que la capacidad de Hamas de gobernar se ha visto “gravemente reducida”. Las instalaciones de fabricación de armamento han sido “completamente arrasadas”, y la red de túneles de contrabando ha sido severamente dañada, dijo Diskin, de acuerdo con un participante en la reunión.
Los ataques israelíes han causado una ola de protestas en el mundo islámico. Ayer en Irán, estudiantes fundamentalistas islámicos pidieron al Gobierno que autorice que bombarderos suicidas voluntarios ataquen Israel. El Gobierno de Teherán no ofreció una respuesta.
El martes, Francia llamó a Israel a suspender sus operaciones militares por 48 horas. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, discutió la idea con sus ministros de Defensa y Relaciones Exteriores durante la noche, pero los tres decidieron proseguir la ofensiva.
“Dar a Hamas un respiro para reagruparse y abastecerse de armas sería un error”, dijo el portavoz de Olmert, Mark Reguev. “La presión contra la máquina militar de Hamas debe continuar”.
Los llamados para un cese del fuego inmediato también han sido hechos por Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU y Rusia.
Más de dos decenas de cohetes y obuses fueron lanzados para ayer al mediodía, incluyendo cinco que cayeron en y alrededor de la ciudad de Bersheeba, a 22 kilómetros de Gaza y la mayor del Sur de Israel. Uno de los cohetes cayó en una escuela que estaba desierta.