Recibe Ejército segunda recomendación de CNDH
El señalamiento es por acciones cometidas por efectivos del 33 Batallón de Infantería del XI Región Militar .
Tortura, retención ilegal y una prestación indebida del servicio público, fueron las acciones cometidas por efectivos del 33 Batallón de Infantería de la XI Región Militar, contra dos hombres y dos mujeres que fueron detenidos en Ciudad Lerdo en enero de 2008 y acusados de delitos contra la salud y asociación delictuosa, según consta en la recomendación 13/2009, emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Esta es la segunda recomendación emitida por la CNDH a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) hasta el 19 de febrero del presente año y la primera por tortura, que ocurrió en Torreón. En 2008 la Sedena recibió las recomendaciones 57, 60 y 67, las dos últimas por tortura, atribuidas a militares destacamentados en esta ciudad.
Las investigaciones de la Comisión indican que los cuatro afectados fueron objeto “de violencia física y verbal, y posteriormente trasladados a instalaciones militares, donde sometieron a los varones a sufrimientos graves para que declararan en su contra. Alrededor de 36 horas después, los agraviados fueron puestos a disposición del Ministerio Público de la Federación, en Torreón”.
Los hechos que derivan la queja ocurrieron el 31 de enero de 2008, cerca de las 23:30 horas, en la colonia Villa Jardín de Ciudad Lerdo, en agravio de Ausencio González Gómez, Felipe Nery Marmolejo Muñoz, Érika Yazmín Pérez Martínez y Karen Esperanza Pérez Martínez.
Los resultados fortalecen el hecho violatorio de tortura, ya que se conoció que las lesiones que presentaron los hombres agraviados fueron contemporáneas con el momento de su detención y resultan de un abuso de fuerza en una mecánica de tipo intencional para infligir dolores o sufrimientos graves causando, además, alteraciones psicológicas; estando correlacionados los síntomas con la narración de hechos de los varones agraviados, acreditándose que fueron golpeados, que recibieron descargas eléctricas en la espalda y en los pies, que fueron sumergidos en agua fría y que les cubrieron la cabeza con bolsas a fin de impedirles respirar, entre otras.
Al concluir la investigación del caso la CNDH recomienda que se giren instrucciones a efecto de que se repare el daño ocasionado a los cuatros quejosos.