Un partido memorable
Uno de los grandes triunfos que obtuvo el desaparecido equipo Diablos Blancos de Torreón durante su estancia de cinco años en Primera División Nacional, fue contra Cruz Azul en la jornada 28 de la temporada 1971-1972, en juego celebrado el domingo siete de mayo de 1972 en el entonces Estadio Moctezuma, por marcador de 5-2.
Fue una tarde inolvidable, pues el penúltimo lugar del Grupo Uno le había ganado al primer lugar del Grupo II y líder de la tabla general con 43 puntos, conocido a partir de ese torneo como la Máquina Azul, por haber conseguido tres campeonatos consecutivos, el de esa temporada 1971-72, el de 1972-73 y 1973-74.
Esa tarde Cruz Azul se presentó con uno de los planteles más completos de toda su historia, con el argentino Miguel “Gato” Marín en la portería, Juan Manuel Alejándrez, Javier “Kalimán” Guzmán, el chileno Alberto Quintano y Javier “Pierna Fuerte” Sánchez Galindo en la defensa, Jesús Prado, Héctor Pulido y Cesáreo Victorino padre en el medio campo, Fernando “Cordobés” Bustos, Horacio López Salgado y el paraguayo Eladio Vera en el ataque. En la banca estaban el rosarino Alberto “Hijutis” Gómez, Octavio “Centavo” Muciño, José Luis Desachi y Enrique “Ojitos” Meza, eterno suplente de Miguel “Gato” Marín.
Los Diablos Blancos tenían 21 puntos en su haber, 22 menos que los cementeros, sin embargo, el equipo dirigido en ese entonces por el brasileño Nicola Gravina, logró imponerse a la Máquina Azul, que dirigían en dupla el mexicano Raúl “Güero” Cárdenas y el húngaro Jorge Marik, quien un año antes había sido entrenador del desaparecido equipo Laguna.
Para sorpresa de los asistentes al entonces Estadio Moctezuma, ahora Estadio Corona, el equipo Torreón abrió el marcador al minuto 20 en una jugada individual de Aníbal “Conejo” Tarabini, la cual firmó con un tiro desde los linderos del área al ángulo superior derecho de la portería defendida por el “Superman” Marín.
El público no acababa de disfrutar la anotación de los Diablos Blancos, cuando al minuto 28 el “Conejo” Tarabini incursionó hasta la línea de fondo por corredor derecho y centró al segundo poste para que Enzo Enrique Genoni rematara de cabeza y venciera a Miguel Marín para el 2-0.
“El Diablo de Avellaneda”, como se conocía a Genoni, casi nunca anotaba goles de cabeza, pero en ese juego fue la excepción.
Cruz Azul estaba “herido de muerte” y dos minutos antes de irse al descanso, al 43, Javier “Kalimán” Guzmán acortó distancias en el marcador con un trallazo desde fuera del área a pase de Cesáreo Victorino padre.
El primer tiempo terminó 2-1 a favor de Diablos Blancos de Torreón, que al minuto 53 consiguieron su tercer gol en un pase de “Chucho” Hernández para Aníbal “Conejo” Tarabini, quien venció al “Gato” Marín por segunda ocasión en el partido y adelantó a su equipo 3-1 en el marcador.
Lo mejor del partido estaba por venir, pues al minuto 58 “Chucho” Hernández contrarremató un tiro de Enzo Enrique Genoni que había pegado en la base del poste, para anotar el 4-1 a favor de los Diablos Blancos, ante la algarabía de los aficionados laguneros que no daban crédito a lo que pasaba en la cancha. Por si fuera poco, al minuto 63, José Refugio “Cuco” Estrada anotó un soberbio gol con un riflazo desde fuera del área que ni siquiera alcanzó a ver el “Gato” Marín. El marcador del ahora Estadio Corona indicaba 5-1 a favor de Diablos Blancos de Torreón, algo para Ripley.
Cruz Azul consiguió su segundo y último gol al minuto 66 en un remate de cabeza de Héctor Pulido a centro de Cesáreo Victorino. Al minuto 71, la Máquina Azul tuvo oportunidad de anotar su tercer tanto en el cobro de una falta cometida por Javier “Titino” Martínez, la cual se encargó de ejecutar Héctor Pulido, pero el guardameta René Vizcaíno desvió el balón a tiro de esquina en gran lance.
El silbatazo final de Jacobo Vela cerró una página histórica de los Diablos Blancos de Torreón, que esa tarde alinearon con René Vizcaíno en la portería, Jorge Gómez Orozco, Javier “Titino” Martínez, Óscar Rolando Pierucci y Alejandro “Iguala” Martínez en la defensa, Raúl “Indio” Solari, José “Caica” Zamora y José Refugio Estrada en el medio campo, Chucho Hernández, Aníbal “Conejo” Tarabini y Enzo Enrique Genoni en la delantera.
Esa fue una de las mejores tardes de la dupla argentina del “Conejo” Tarabini y de Enzo Enrique Genoni, “El Diablo de Avellaneda”, el primero de ellos fue el máximo goleador en la corta vida del Torreón en Primera División con 22 tantos, una anotación suya salvó al equipo del descenso en la temporada 1971-1972 contra Irapuato en el Estadio Jalisco por 1-0. ¡Hasta el próximo miércoles!