El estratega celeste espera que el tiempo que resta para iniciar el Apertura 2009 sea suficiente para corregir fallas. (Jam Media)
México, Df.- La paciencia de Enrique Meza se agotó. Los jugadores de Cruz Azul se llevaron una fuerte llamada de atención por el desempeño que tuvieron durante el choque amistoso ante Toluca, y no sólo en el vestidor, también durante la práctica de ayer.
Fueron ocho las ocasiones en las que Meza detuvo el entrenamiento en un lapso de 25 minutos para dar instrucciones. El estratega quiere perfección, juego de conjunto y no de individualidades en el campo. Eso explica el porqué, al finalizar, charló algunos minutos con Christian Riveros, Julio César Domínguez y Horacio Cervantes, "yo también estoy inconforme con lo que pasó, enojado, muy molesto", expresó.
El estratega respeta todas las opiniones, los juicios que se generaron después de la goleada, y en particular, las palabras que vertió el vicepresidente del club, Alfredo Álvarez, quien dijo que La Máquina no se puede dar el "lujo" de perder compromisos de manera tan contundente como sucedió con los Diablos Rojos.
"Cruz Azul siempre está en esos niveles de expectativa que permiten o hablar muy mal o hablar muy bien y como es tan fácil hablar muy mal después de una goleada de ese tamaño, pues cualquiera puede expresar lo que pueda o lo que quiera", señaló. "Nadie quedó conforme con un resultado, que sí fue muy malo; nos equivocamos tan gravemente en situaciones de juego, que no fueron necesariamente de concepto, sino de ejecución", aseveró.