MÉXICO, DF.- El Hangar Presidencial fue el escenario de una madrugada histórica con el regreso de 138 mexicanos procedentes de China, quienes fueron aislados y sometidos a tratos discriminatorios en ese país ante el temor al virus de la influenza A(H1N1).
En total 52 familiares de los 138 pasajeros se dieron cita en las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), donde fueron recibidos por Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón.
Margarita Zavala vestía un traje de pantalón negro y saco beige con vivos negros en las solapas y las bolsas.
La acompañaban Maki Esther Ortiz, subsecretaria de Salud; Daniel Hernández, director de Protección Consular; y Jorge Castro Valle, director de Protocolo de la cancillería.
Ante cientos de fotógrafos y algunos reporteros, la esposa del presidente se acercó por grupos a los familiares para intercambiar palabras amables, en tanto llegaba el avión.
Cuando la enorme aeronave llegó la expectación llegó al máximo y la gente fue trasladada a pie hasta un sitio cercano a la escalinata. Los familiares se mantenía muy separados de los medios de comunicación y se cuidó que los grupos no pudieran dialogar.
A las 6:11 horas se abrió la puerta principal del avión de Aeroméxico, matrícula N746AM, un Boeing 777 de 277 plazas, de donde descendió una pareja con dos bebés, los primeros en respirar aire mexicano.
El capitán de la areonave, Francisco Nicolau, todavía en mangas de camisa y con la gorra con sus insignias, colocó una bandera de México en la escalinata, lo que provocó una ovación de los familiares presentes en el hangar.
Al pie de la escalinata los esperaba la esposa del presidente, quien les dio la bienvenida y entregó unos obsequios a los pequeños que venían dormidos.
Después comenzaron a bajar los demás pasajeros. Todos miraban con sorpresa la expectación que causaba su llegada y muchos tomaron fotografías para su recuerdo personal. Uno a uno, la primera dama y los funcionarios les daban la bienvenida.
Una mujer de mediana edad gritó entusiasta: "Viva México!" en cuanto tocó suelo mexicano y agradeció a los funcionarios mientras repetía en voz alta: "bendito sea Dios que ya llegamos". Sigue Termina odisea... dos...llegamos"
Entre los pasajeros destacaba un amplio grupo de jóvenes, tal vez estudiantes y dos médicos militares con uniforme castrense, que acompañaron el tortuoso recorrido por cuatro ciudades chinas.
Los niños ocuparon un lugar importante en esta recepción. Una pequeña de nueve años, de vestido claro y abrigo gris, esperaba ansiosa con un girasol en mano, junto con su madre, a que descendiera su papá.
En la pista, los abrazos y apapachos no se hicieron esperar e incluso algunos entusiastas gritaban a lo lejos a sus parientes para tomarles la foto saliendo de la aeronave.
Al término de la ceremonia algunos de los pasajeros, en conferencia de prensa, relataron sus peripecias y coincidieron en que hubo un trato discriminatorio en China, debido tal vez a la mala experiencia en esa nación sobre la gripe aviar.
