MÉXICO, DF.- Los 53 reos evadidos del penal de Cieneguillas, Zacatecas, el 16 de mayo, permanecieron ocultos durante cuatro o cinco días en una bodega de San Luis Potosí y en una casa de seguridad después de la fuga, para luego ser enviados a diferentes partes del país para trabajar con un grupo criminal.
De acuerdo con la narración de uno de los dos presos capturados en Hidalgo, sus compañeros fueron enviados a Puebla, Jalisco, Guanajuato y Sinaloa para trabajar como encargados de venta de droga al menudeo, halcones (vigilantes) y operativos.
En un testimonio videograbado que difundió la Policía Federal en conferencia de prensa, el reo refiere que los "operativos" andan armados, son los encargados de cuidar a los comandantes (jefes de plaza) de secuestrar y cuidar a los secuestrados por la organización.
De acuerdo con su relato, unos dos días antes de la fuga, el comandante (el jefe de los reos que orquestó la operación), les dijo a los 53 que sacaran sus mejores ropas porque iban a tener una fiesta, y asegura que el 16 de mayo cuando llegó el comando al penal de Cieneguillas comenzaron a tocarles en las celdas y a decirles que se iban.
Relató que los 53 fueron subidos a camionetas tipo Suburban, que tomaron la carretera a San Luis Potosí, en donde circularon con torrretas encendidas y los llevaron a la bodega donde permanecieron ocultos.