El fin era evitar contagios de influenza AH1N1 entre los convictos de la prisión de Verne, en Portland, sin embargo, las cosas no salieron como estaban previstas.
El fin era evitar contagios de influenza AH1N1 entre los convictos de la prisión de Verne, en Portland, sin embargo, las cosas no salieron como estaban previstas.
Los reos categoría 'C' (peligrosos), bebieron del gel antibacterial colocando sus bocas debajo del contenedor del líquido, ingiriendo así la dosis necesaria para causarse una borrachera.
Si bien el detergente estaba destinado a evitar la influenza, los reclusos demostraron que estar en la cárcel genera las ideas más inverosímiles, producto de la desesperación del encierro.
Las autoridades del penal se dieron cuenta de la situación cuando encontraron a varios reos vomitando en sus celdas y peleando entre ellos, lo cual resulta atípico cuando están los guardias presentes, dijo Andy Fear, miembro de la Asociación Oficial de la Prisión de Verne.
Además, algunos oficiales manifestaron su preocupación por tener que lidiar con reos en condiciones inconvenientes, ya que estos se vuelven más peligrosos, mencionó Tim Roberts, guardia del penal.
