El día 3 de noviembre de 1910 llegó a Torreón un correo personal secreto de Francisco I. Madero, y entregó a Manuel N. Oviedo, un ejemplar del Plan de San Luis, además de instrucciones verbales. Se convocó inmediatamente a junta íntima a Orestes Pereyra y sus dos hijos, Alfonso Barrera Zambrano, Mariano López Ortiz y otros. Después de la junta secreta en que se dio a conocer el Plan de San Luis, el profesor Oviedo y Pereyra tomando contacto con Jesús Agustín Castro (Inspector del Bravía Eléctrico de Lerdo a Torreón) en Gómez Palacio, que con Dionisio Reyes y otros antirreeleccionistas duranguenses tenía iniciado también un movimiento conspiratorio, y estaba en comunicación hacia el mismo fin con Atanasio Mitchel, Guillermo Martínez Baca, y Juan Bautista del mismo apellido y Félix Torres, conspiradores de Parral. Se dice que entre los sediciosos se hallan también Arturo Barrera y Aurelio Hernández, de Torreón.