Vigilan agentes de tres países con dispositivos tecnológicos.
Guadalajara, Jal.- Más de dos mil elementos de seguridad de todos los niveles de gobierno y de tres países resguardan el Instituto Cultural Cabañas, ubicado en el centro de Guadalajara, donde se efectúa la Cumbre de Líderes de América del Norte.
Mientras los presidentes de Estados Unidos y México, Barack Obama y Felipe Calderón, respectivamente, y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, avanzan en los trabajos, la vigilancia llegó al clímax.
Efectivos del Servicio Secreto de Estados Unidos, agentes especiales de la Policía Montada de Canadá y elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP) y del Ejército mexicano, coordinan la vigilancia y logística en el histórico inmueble.
Perros entrenados para detección de explosivos, arcos detectores de metales, filtros de revisión, escáneres infrarrojos, cámaras de circuito cerrado y lectores térmicos, son algunos de los dispositivos utilizados en el recinto cultural, que este día fue convertido en un búnker.
Es imposible el ingreso para quien no sea policía, militar o integre alguna delegación de los gobernantes, a menos que cuente con una acreditación con fotografía, la cual tiene un código de barras y un chip que se verifican con lectores electrónicos en uno de los puntos de revisión.
En estos momentos "no hay lugar en México, y tal vez en el mundo, más vigilado que esta edificación", señaló un elemento del Estado Mayor Presidencial (EMP), quien pidió mantener su nombre en reserva.
Contrario a lo que ocurre en el Instituto Cultural Cabañas, donde el bullicio y el movimiento son incesantes, el exterior luce desolado en tres cuadras a la redonda, pues el paso de peatones y vehículos ha sido impedido por vallas metálicas.
"Es como si estuviera muerto el corazón de la ciudad, lo que no me gusta", señaló Rodolfo Serafín, un ciudadano que detrás de las vallas observaba nostálgico la explanada desierta de la denominada "Plaza Tapatía", punto neurálgico y comercial de la metrópoli jalisciense.