El presidente electo Barack Obama, al inicio de conversaciones directas con dirigentes del Congreso el lunes, respaldó un programa inesperadamente grande de descuentos fiscales de hasta 300.000 millones de dólares.
Obama expresó que Estados Unidos enfrenta un "reto económico extraordinario".
Obama se reunía el lunes con varios dirigentes demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes, así como con un grupo de legisladores de ambos partidos.
"La razón por la que estamos aquí hoy es porque los negocios de la gente no pueden esperar", dijo Obama al llegar para dialogar con la presidenta de la Cámara de Representantes, la también demócrata Nancy Pelosi.
"Enfrentamos un extraordinario reto económico. Estamos esperando un deprimente informe sobre los empleos el fin de semana", dijo Obama.
Obama asumirá como el presidente número 44 de Estados Unidos el 20 de enero.
El presidente electo esperaba que el Congreso aprobara el plan de recuperación a tiempo para que pudiera firmarlo al asumir el cargo, pero inclusive su vocero, Robert Gibbs, admitió el domingo por la noche que eso "es muy improbable".
Además de los descuentos en impuestos del orden de 500 dólares individuales para la mayor parte de los trabajadores y de 1.000 dólares para las parejas, el plan de Obama incluye un total de más de 100.000 millones para las empresas, dijo un miembro del equipo de transición de Obama. El valor total de los recortes sería más alto que lo señalado previamente.
Los descuentos serían similares a los cheques de reembolso enviados el año pasado por el gobierno del presidente saliente George W. Bush y el Congreso, en un intento por reactivar la economía en desaceleración.
Una diferencia determinante es que los descuentos podrían ser hechos ahora, descontando menos dinero del salario de los trabajadores. Ello costaría entre 140.000 y 150.000 millones de dólares durante los siguientes dos años.
El plan permitiría a las empresas que tuvieron pérdidas durante el año pasado recibir un crédito fiscal frente a las ganancias obtenidas durante los cinco años previos, en lugar de los dos años permitidos actualmente.
Otro plan presentado por el equipo de Obama concedería un programa de descuentos por un año, con un monto de entre 40.000 y 50.000 millones de dólares, para las empresas que contraten a trabajadores nuevos, dando además incentivos a las que inviertan en equipos nuevos.
Steny Hoyer, líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, dijo el domingo que intenta que el plan sea aprobado por su cámara para fines de enero. Luego, el proyecto sería enviado al Senado, a tiempo para aprobarlo antes de que el Congreso entre en receso a mediados de febrero.
Obama ha insistido en que se requiere una acción enérgica y rápida para que el país se recupere de la peor crisis económica desde la Gran Depresión de la década de 1930. El mandatario electo ha insistido en la necesidad de crear tres nuevos millones de puestos de trabajo, para compensar los que se han perdido.
"Los economistas a través de todo el espectro político están de acuerdo en que si no actuamos con rapidez y audacia, la crisis económica se profundizará y eso podría conducir a un desempleo de dos dígitos", dijo Obama el sábado, en un discurso por radio y por YouTube.
Obama llegó a la capital estadounidense la noche del domingo, horas después de que su nominado como secretario de Comercio, el gobernador de Nuevo México Bill Richardson, declinó el cargo en medio de una pesquisa de un jurado investigador sobre contratos gubernamentales.