Antes se le llamaba reumas y se decía que eran un mal de viejos, hoy se sabe que amenaza a todo mundo, incluso niños.
Antes se le llamaba reumas y se decía que eran un mal de viejos, hoy se sabe que amenaza a todo mundo, incluso niños.
La mejor defensa ante la artritis juvenil es el diagnóstico temprano, cuando un médico la detecta esta a tiempo de evitar incapacidad permanente en la víctima de este mal, que se caracteriza por inflamación crónica y progresiva de las articulaciones. Y nadie debe olvidar que ataca sin aviso, simplemente aparece y no se sabe por qué ni las causas que la originan.
Especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) nos comentan que se trata de la artritis reumatoide juvenil, enfermedad inflamatoria autoinmune (los tejidos destruyen a otros en el cuerpo humano).
Tiempo de acción
Una advertencia clara la lanza el doctor Francisco Adán Ibarra Enríquez, jefe del Servicio de Pediatría del
Hospital General de Zona (HGZ) No. 26, del IMSS: Sin tratamiento oportuno este mal daña cartílagos, huesos, tendones y afecta también ojos, corazón y pulmones.
La edad más frecuente en que ataca la artritis es a los diez años y, en la mayoría de los casos, no existe factor hereditario. En cualquier momento un niño puede manifestar la enfermedad, sin haber tenido antecedentes familiares, “simplemente se presenta y no se sabe por qué”.
El especialista indica que existe un parámetro de edad para hablar de artritis reumatoide juvenil: ser menor de 16 años de edad; es raro observar el padecimiento en menores de dos años; se manifiesta con síntomas tales como fiebre, dolor articular, decaimiento e incapacidad intermitente para mover una articulación.
Sin pistas
El experto explica que no existe un estudio determinante para diagnosticar la artritis reumatoide. Por ello, médicos del IMSS realizan una serie de pruebas de laboratorio, principalmente con sangre, que en conjunto con los síntomas del paciente permiten llegar a reconocer la enfermedad.
Explica que en esos pacientes pediátricos, una vez diagnosticada la artritis reumatoide juvenil, el tratamiento es multidisciplinario porque requieren medicamentos, fisioterapia y terapia psicológica, a fin de reincorporarlos a sus actividades escolares y familiares.
El doctor Ibarra Enríquez señala que es común que en las primeras semanas de tratamiento, los niños manifiesten una respuesta positiva y de franca recuperación. Pero, otros no responden de la misma forma a los medicamentos, ya que el cartílago se encuentra afectado, hay derrames en la articulación y la recuperación es más lenta.
Pide a los padres vigilar que sus hijos no tengan dolor e inflamación de articulaciones, fiebre e inmovilización. Si notan que su hijo deja de jugar como habitualmente lo hace y tiene los síntomas descritos, debe llevarlo al médico para que lo valoren y se haga una detección oportuna.