CIUDAD DE MÉXICO.- El Distrito Federal empieza a revivir. Son sus restaurantes los que están dando vida a la Ciudad, pero las medidas de higiene que los establecimientos deben adoptar, no se ejecutan en su totalidad.
En un ejercicio de comparación por 12 restaurantes visitados, se comprobó que no siguieron las principales indicaciones.
Pero, también, algunos no tuvieron la suerte de registrar un buen número de comensales como antes de la aparición de la influenza, a pesar de estar ubicados en lugares concurridos.
La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), emitió un manual de operación sanitaria para la reapertura de los negocios.
Entre los principales lineamientos se encuentran el informar a su personal qué es la influenza AH1N1, sus efectos y síntomas. Constantemente, tienen que lavarse las manos, las mesas para comer, utensilios de cocina y cualquier objeto que esté en contacto con el cliente. Los restaurantes en su mayoría están preocupados por la limpieza. Pero no en todas las demás medidas.
De los lugares recorridos, ninguno contó en sus entradas, con filtros de revisión para detectar posibles infectados. No separaron 2.25 metros las mesas. Los comensales comían como lo hacen a la distancia normal. Los que esperaban por afuera estuvieron amontonados y había mesas de hasta 10 personas.
En el caso de los que aguardaban afuera de los establecimientos, no tenían una distancia de por lo menos un brazo, como exigió Canirac.
En un sondeo con personas que esperaban afuera o salían de los restaurantes, dijeron sentirse bien con la reapertura y trato de los restaurantes.
EL APLICADO
Paradójicamente a lo que en su país está pasando, en donde los mexicanos son considerados focos de infección, el argentino Néstor Fernández, valora la Ciudad de México. Tomó las precauciones necesarias para hacer sentir bien a los clientes que llegaban a degustar comida de su país.
En el negocio, ubicado en una de las zonas exclusivas del DF, de las 28 mesas con las que opera normalmente, sólo puso 14.
Y cada una estaba hasta cinco metros alejada, una de la otra, con un máximo tres personas. No contaba con filtro de revisión médica, pero aseguró que constantemente limpia y desinfecta las mesas y cualquier objeto que tenga contacto con el ciudadano.
