Angustia. Familiares y amigos de los internos exigían a las autoridades información de lo sucedido.
Apoyo
Decenas de elementos del Ejército mexicano y de la Policía Federal acudieron hasta el Cereso número 2 para poner orden entre los internos que protagonizaban la riña.
Las víctimas son internos del Cereso número 2 de GP
3
MUERTOS
Dejó como saldo el enfrentamiento registrado ayer por la tarde en el interior del Cereso.
NÚMEROS
4:25
HORAS
Se activó el llamado Código Rojo debido a la riña entre dos grupos de internos.
Una riña entre internos en el Centro de Readaptación Social número 2 de Gómez Palacio dejó ayer un saldo de tres personas muertas y provocó la intervención del Ejército y la Policía Federal.
Enfrentamiento
La riña entre internos procesados y otros que estaban en el área de indiciados empezó ayer alrededor de las 5 de la tarde.
Elementos del Ejército y la Policía Federal llegaron a las instalaciones del Cereso y con gases lacrimógenos intentaron controlar el pleito, que amenazaba con convertirse en motín.
El saldo de tres personas muertas fue confirmado por el agente del Ministerio Público. A las 7 de la tarde de la situación parecía controlada y las autoridades del Cereso realizaron un pase de lista.
Voceros de las fuerzas federales, informaron que todo inició a las cuatro con veinte minutos, cuando un grupo de internos de las áreas de procesados e indiciados protagonizaron una riña campal en el patio de Procesados tres.
Hasta ayer por la noche se ignoraba cómo los indiciados pudieron llegar hasta dicha área.
Víctimas
En el lugar quedaron tendidos los cuerpos sin vida de tres internos, los cuales fueron identificados como Hugo Ávila García, Víctor Hugo Hernández Medina y Guillermo Bermúdez Salgado, de 25, 32 y 28 años de edad, respectivamente.
Según el agente del Ministerio Público que dio fe de los hechos, los cuerpos de las víctimas presentaban múltiples heridas producidas por instrumento punzo cortante.
Ingresan al penal
El llamado Código Rojo se activó a las cuatro con veinticinco minutos y hasta después de una hora ingresaron al reclusorio las fuerzas federales y militares a poner orden.
Hasta el exterior se podían escuchar por los altavoces la orden de que todos los internos se tiraran al piso, seguido de cuatro fuertes detonaciones, al parecer disparos de advertencia.
Finalmente, a las ocho de la noche se informó que la situación había sido controlada y la calma había vuelto al interior del Cereso. A las afueras del reclusorio decenas de personas, en su mayoría familiares y amigos de los internos, exigían a gritos se les informara de lo ocurrido, sin embargo ninguna autoridad quiso dar respuesta a sus reclamos.