El sociólogo Emil Rivera comenzó una huelga de hambre para exigir que se reviertan los despidos de miles de empleados gubernamentales que serán efectivos en Puerto Rico.
Rivera, de 44 años, es uno de los despedidos de la Oficina de Comunidades Especiales, donde trabaja hace siete años. En esa dependencia fueron despedidos en septiembre 138 de los 148 empleados que coordinaban programas de autogestión en los sectores más pobres del país.
Se instaló el domingo en un campamento a las afueras de la agencia y sólo ha ingerido agua.
"Estoy preparado física, mental y espiritualmente para resistir todo el tiempo posible", dijo Rivera frente a un letrero que leía: "La única lucha que se pierde es la que no se hace. ¡Que se rindan ellos!"
El plan del gobernador Luis Fortuño era despedir unos 30 mil empleados públicos en 2009 para revertir el déficit fiscal que asciende a tres mil 200 millones de dólares.
En mayo se despidieron cuatro mil 802 servidores públicos y el 25 de septiembre se anunció el envío de otras 16.970 cartas de despidos. La revisión de los procedimientos en foros administrativos y judiciales dejó sin efecto unos seis mil por lo que los despidos sumarían unos 15 mil.
La Coalición Todo Puerto Rico por Puerto Rico ha amenazado con una huelga general y el lunes varias mujeres hicieron una protesta con sus torsos descubiertos reclamando que se quedan "sin sostén" para mantener a sus familias.
El desempleo en la isla está en 16.4%
Fortuño afirma que no tiene otra alternativa que achicar el gobierno e insiste en que no es momento de huelgas y paros sino de unión e propósito para echar al país adelante.
Rivera instó a los trabajadores que ya fueron notificados del despido a que se presenten en sus puestos de trabajo el lunes para continuar sus funciones en el servicio público.
Dijo que aún no ha trazado un plan futuro fuera del servicio público, pues confía en que los despidos se revertirán y podrá mantener su empleo.