Los vendedores de juguetes remataron las piezas con el objetivo de no salir con grandes pérdidas.
Después del Día de Reyes, los comerciantes no tuvieron más remedio que sacar casi en remate los inventarios de juguetes rezagados de la temporada.
La ola de ofertas y promociones permitió que en los últimos días la industria del juguete alcanzara una cifra positiva de crecimiento, pese a que en los últimos meses de 2008 se planteó que ésta no llegaría.
Industriales prefirieron rebajar la mercancía y otorgar facilidades de pago antes de acudir a las bodegas para almacenar los juguetes durante un incierto número de semanas.
Así, después de 12 largos meses, la industria juguetera reportará un crecimiento de apenas 2.5%, muy por debajo de 7% previsto a comienzos de 2008.
Miguel Ángel Martín, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (Amiju), estableció que durante el último trimestre de 2008 se registró la cancelación de 15% de los pedidos por parte de tiendas departamentales y de autoservicio, por lo que era inminente una baja en ventas.
Esta situación alarmó a comerciantes, pues entre diciembre y los primeros días de enero la industria juguetera concentra 70% de sus ventas. Tan sólo en la víspera del Día de Reyes, durante la madrugada, se obtiene 5% de los ingresos, comentó Martín. “Los mexicanos hacemos las compras en el último momento”, detalló el líder de la industria al comentar que este año se registró un alza en la compra de juguetes a crédito.
Martín indicó que hay una práctica que con los años cobra mayor fuerza. “Se va haciendo común; cierto segmento de la población aguarda hasta pasada la temporada fuerte de ventas para sacar provecho de mayores descuentos”.
Este fenómeno dura entre dos y tres semanas, aunque, aclaró, no resuelve la problemática en la contracción de ventas.
En México, el mercado de juguetes tradicionales vale 2 mil millones de dólares, pero este año rondará mil 800 millones. La Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México indicó que esta temporada se restringió entre 50 y 60% la adquisición de juguetes.