Un mar de gente se arremolinó en los accesos al Nuevo Estadio Corona al grado de convertirse en un gran embudo, esto sólo era el primer filtro para ingresar al inmueble. (Fotos de Fernando Compeán)
.- Para los asistentes a la ceremonia de inauguración del Territorio Santos Modelo (TSM) fue un verdadero reto poder arribar a la nueva casa de los Guerreros, incluso poder accesar al interior del inmueble.
Dos largas filas se vislumbraban en la Autopista Torreón-San Pedro. La primera a la altura del Periférico Raúl López Sánchez, misma que concluía en el Puente La Unión, debido a situaciones predecibles, como la falta de sincronía en la semaforización y, por otro lado, a que una empresa de telefonía celular puso esculturales edecanes anunciando la marca, que hizo que la mayoría de los autos se detuvieran.
La segunda, y que mantenía a los vehículos a vuelta de rueda hasta en tres carriles, comenzaba a la altura de la Universidad Iberoamericana (UIA), debido a la falta de logística e indicaciones, además de un pequeño retén de la Policía Federal. Igual era el panorama por el acceso sobre el Ejido Paso del Águila.
Personal del Estado Mayor Presidencial y elementos de la Policía Federal "tomaron" la puerta principal del TSM, por lo que varios poseedores de las lujosas suites, de las localidades más caras, invitados especiales y medios de comunicaciones locales, nacionales e internacionales, tuvieron que ingresar por el otro acceso principal y todo se volvió un "santo caos".
El exceso de tráfico impidió que los jugadores internacionales, como René Higuita, Franco Baresi, Gabriel Omar Batistuta y Jorge Campos, entre otros, llegaran a tiempo, además de los ex santistas como Héctor Raymundo Adomaitis, Ramón Ramírez y Antonio Apud.
Pero las largas filas no solamente eran de carros, sino de personas que se arremolinaban en las inmediaciones de los accesos, al grado de convertirse en un embudo, pero eso solamente era el primer filtro.
Los afortunados que lograban penetrar el cerco, donde estaban soldados y federales que exigían el boleto en mano, volvían a realizar otra larga fila, que daba vueltas en forma de zigzag, volviéndose a transformar en embudo.
Al poder surcar el segundo filtro, elementos de la Policía Federal revisaban indistintamente a hombres, mujeres y niños, para luego pasar por una banda detectora de metales, similar a la existente en los aeropuertos.
Pero el sufrimiento no paró ahí, ya que los boletos tenían que ser depositados en sus respectivas urnas receptoras, por lo que la aglomeración volvió a ser la constante para los aficionados, que muy molestos, entre empujones y reclamos lograron acceder finalmente al magno escenario.
Pero cerca de las siete de la tarde, la ansiedad y desesperación inundó a decenas de jovencitas, que al escuchar la música de las "Saintsations", buscaron entrar a como diera lugar, ya que era el preámbulo de la actuación del boricua Ricky Martin. No faltaron los gritos coreados: "fraude, fraude".
Reporteros, camarógrafos, fotógrafos e invitados especiales simplemente se quedaban varados en diferentes lugares, sin poder ingresar a sus lugares destinados en el TSM, esperando hasta 35 minutos para poder trasladarse, todo por indicaciones de los guardias presidenciales, que cerraron accesos desde cuatro horas antes de la llegada del máximo mandatario nacional.
El retraso de Felipe Calderón Hinojosa para la ceremonia inaugural postergó aún más el programa general, aunque los aficionados ya instalados en sus respectivos lugares, quedaban admirados con el espectáculo previo a la inauguración y al partido de futbol.
