Los Guerreros del Santos Laguna volvieron a la senda del triunfo y de qué forma, al vencer nada más y nada menos que a los Rayados del Monterrey, cuadro al que frenaron en su camino triunfal para conquistar así tres puntos más en la tabla de posiciones, además de quedarse con una victoria de esas que suelen alimentar el orgullo propio.
Fue la de ayer una jornada de las que son poco comunes, de las más esperadas y de las más festejadas por la afición albiverde.
Desde días antes el ambiente se empezó a calentar con los comentarios irónicos e hirientes entre las aficiones regiomontana y lagunera, donde está de por medio el orgullo por los colores y la región, una situación que data desde hace décadas y que va más allá del futbol. A temprana hora inició el arribo de los porristas de Rayados de Monterrey, y como suele ocurrir, los abusos no se hicieron esperar, al reportar algunos miembros de la Policía Municipal saqueo en algunas tiendas de conveniencia y farmacias.
Antes del partido, en las cercanías del estadio se dio algún enfrentamiento, y de acuerdo a testigos, los porristas regios llegaron lanzando piedras a los laguneros, quienes de inmediato dieron respuesta a la lluvia de proyectiles.
En el mismo estacionamiento del Corona se dieron las primeras detenciones, según los agentes por insultos a la autoridad. Así, varios aficionados visitantes ni siquiera tuvieron oportunidad de ver el juego, al pasar la tarde detenidos en las patrullas. Ya en el interior del estadio, miles de aficionados albiverdes y un bien custodiado grupo de seguidores de Rayados pudieron disfrutar de un disputado e intenso duelo en la cancha, donde apenas cinco minutos después del inicio los Guerreros festejaban ya el primer tanto del partido, conseguido en forma espectacular por Fernando Arce, que marcaba la tendencia del encuentro y significaba el primer cubetazo de agua fría para la afición regia, que curiosamente encendió más los ánimos para emprenderla contra la fuerza pública, la cual de inmediato sacó del inmueble a los rijosos.
Así, con arribos de peligro en uno y otro marco, las emociones parecían desgranarse en la tribuna, al pasar del grito contenido de gol por las fallas de la delantera, al de nerviosismo y alivio por las salvadas en el área.
Luego del tanto de Arce, el colombiano Carlos Darwin Quintero pudo matar a Rayados, pero falló en tres oportunidades, algunas con el marco prácticamente abierto, mientras que por Rayados, Luis Alonso "Negro'' Sandoval y Aldo Denigris fueron una pesadilla, aunque sin superar a la férrea defensa lagunera.
La fiesta en el Corona continuó al arranque de la segunda parte y fue el defensa Juan Pablo "Kanú'' Santiago el que le puso más emoción al duelo, tras conseguir el segundo tanto lagunero, además de mostrarse como un auténtico guerrero en la defensiva, para ganarse así las simpatías de muchos en la tribuna. Con varias llegadas claras de Benítez, "Lorito'' Jiménez y Juan Carlos Mosqueda por los Guerreros, así como Suazo y Aldo Denigris por Rayados, las emociones y el nerviosismo se mantuvieron vivos hasta el final del partido y con ello el ambiente de fiesta, con gritos de júbilo de los laguneros, que ahogaron a la porra regiomontana, donde las lágrimas no fueron poco comunes y ante la impotencia.
