Saraperos festejan a lo grande el título

Saltillo, Coah.- El reloj indicaba las 10:30 de la mañana. Apenas había vida en la ciudad, copada por nubes y una persistente llovizna. Dos horas más tarde el ambiente se parecía un poco al día después de Nochebuena o de Año Nuevo, con las calles desiertas en la capital de Coahuila. Y es que la ciudad no durmió. Festejó y festejó hasta altas horas de la noche. Los claxons sonando, los autos con banderas alusivas a los Saraperos, gente con la franela del nuevo monarca de la Liga Mexicana de Beisbol, que el domingo por la noche acabó en seis juegos a los Tigres para lograr el segundo título en su historia, primero desde 1980.

Y no es que Saraperos fuera un mal equipo, simplemente que en su historia era más famoso por sus derrotas en finales que por sus triunfos.

"Dejamos de ser el ya mérito" se podía leer en los vidrios traseros de varios coches.

Aunque Saraperos ganó gracias en gran parte a su ofensiva, fue el lanzador Rafael Díaz quien se quedó con la preciada mención de Más Valioso. Díaz, con sus dos triunfos, sobre todo el segundo, fue pieza crucial para el triunfo de los Saraperos.

"Este triunfo se lo dedico primero que nada a Dios y por supuesto a mi familia y a mis hijos, estoy muy agradecido con Dios por darme la salud para conseguir el Campeonato", dijo Díaz.

Los cuatro cuadrangulares de Jesús Cota fueron una chispa que encendió a los Saraperos, pero el coraje del receptor Jonathan Aceves, hermano del exitoso relevista de los Yanquis de Nueva York, Alfredo, fue una bujía para Saltillo y con sus oportunos batazos terminó los playoffs con .311 de promedio.

"Sabíamos que no iba a ser fácil, fue una lucha constante en el playoff, gracias a Dios ganamos el juego importante, ese tercero en Cancún cambió totalmente la actitud de los muchachos", dijo el receptor de Saltillo. "Venimos a casa y se nota la diferencia. Hoy somos campeones porque hicimos la diferencia".

Títulos

Tienen los Saraperos de Saltillo, aunque el primero lo ganaron en un minicampeonato.