Cansados de los constantes asaltos de los que eran objeto, empleados de una dulcería esperaron a que su cuarto asaltante terminara de cometer su fechoría para pedir ayuda para su detención y así fue.
El martes pasado, Jorge Hernández Ávila, se introdujo al negocio denominado "La Castaña" para asaltarla. Para simular tener una arma de fuego se metió la mano en la camisa. Luego se dirigió a la cajera y le dijo que era un asalto. Por las anteriores experiencias, ni la cajera ni el resto de los empleados opuso resistencia. El sujeto tomó 366 pesos y salió del local. En ese momento uno de los empleados le pidió a unos policías que pasaban que lo detuvieran. El caso fue consignado con detenido al juez tercero del Ramo de lo Penal. El delito que enfrenta es el de robo en su modalidad agravante cometido con intimidación en las personas.