WASHINGTON, EU.- Los terroristas tienen ahora puesta su atención en hoteles y otros objetivos de fácil acceso al seguir mejorando las medidas de seguridad en instalaciones militares y gubernamentales, según una empresa sobre asesoría global de labores de inteligencia.
Al-Qaeda está pasando de ser una organización centralizada con objetivos globales a "franquicias" regionales con intenciones más locales, según un informe emitido el martes por STRATFOR. Esas células más pequeñas reciben menos entrenamiento y menos dinero, por lo que sus objetivos son más modestos.
Empero, ello no quiere decir que no sean peligrosas "especialmente si intentan demostrar su valor o si puede establecer contacto con alguien muy hábil en tácticas", agregó el informe.
Según STRATFOR, el número de ataques a hoteles se ha duplicado con creces desde los atentados del 9/11 del 2001 en comparación a los 8 años anteriores. Los heridos y los muertos causados por estos ataques han aumentado por seis en el mismo periodo.
Un hotel es el objetivo blando de preferencia para los extremistas islámicos: un lugar fijo, con abundante tránsito de personas y débiles perímetros de seguridad. Además, los hoteles atraen a muchos occidentales, dando a los extremistas la posibilidad de matar o herir a muchos de ellos en un solo ataque, según el informe.
Aunque los guardas de seguridad de un hotel intentan vigilar a las personas y actividades sospechosas, los extremistas saben que una forma de burlar esa vigilancia es inscribirse como clientes en el establecimiento, lo que les permite el acceso a la totalidad de la instalación. Por ejemplo, el informe dijo que los asaltantes que perpetraron los dos ataques suicidas del 17 de julio contra los hoteles estadounidenses J.W. Marriott y Ritz-Carlton en la ciudad indonesia de Yakarta, se inscribieron dos días antes.
Desde el punto de vista de los terroristas, la parte negativa de atacar objetivos blandos es que no generan "tanta publicidad política e ideológica" que atacar un edificio gubernamental o una instalación militar, indicó el informe.
Pese al aumento de los ataques contra los hoteles, el informe dijo que muchos propietarios y gerentes se mostraron renuentes a equipar sus edificios con mayores medidas de seguridad, que pueden ser engorrosas y molestas para los clientes.
Empero, esa mentalidad quizá tenga que ser alterada.
Un abogado que representa a las víctimas de un hotel atacado en el 2004 exigió que el propietario acepte la responsabilidad por la seguridad y las pertenencias de los clientes.
"Las consideraciones de responsabilidad relacionadas con el terrorismo, soterradas entre los allegados de la industria de hospedería desde el 11 de septiembre, han pasado a ser un tema mucho más prominente", según el informe.