Arrecian manifestaciones. La Policía de Honduras trata de disolver una manifestación frente a la sede del Parlamento en Tegucigalpa, donde miles de seguidores del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, protestaron de nuevo, luego de los disturbios del martes que terminaron con el incendio de un autobús y un puesto de comidas rápidas. EFE
La Policía de Honduras disolvió ayer una manifestación de seguidores del depuesto presidente Manuel Zelaya, cuando intentaban protestar frente a la sede del Parlamento, en una nueva jornada de movilizaciones en demanda del regreso del jefe de Estado derrocado.
Los manifestantes, unos 5 mil, habían protestado antes en las cercanías de la Casa Presidencial sin que se registraran incidentes, para, posteriormente, dirigirse hacia el Centro de la capital hondureña, donde se encuentra la sede del Legislativo.
Antes de llegar al Parlamento, la protesta fue disuelta "por policías y militares" que no dejaron que llegaran hasta el Congreso Nacional, dijo Rafael Alegría, dirigente campesino y uno de los coordinadores del movimiento de resistencia popular que exige el regreso al país y al poder de Manuel Zelaya.
Alegría indicó que hasta ahora no hay informes de lesionados, aunque confirmó una veintena de detenidos que fueron llevados por la Policía a una posta del barrio El Manchén.
Las fuerzas del orden dispararon bombas de gases lacrimógenos, mientras un helicóptero de la Policía volaba a baja altura sobre el Centro de la capital, donde muchos comercios fueron cerrados.
Varios manifestantes fueron perseguidos por los policías, según relatos de Alegría y otros testigos.
Los seguidores del depuesto presidente protestaron ayer de nuevo en Tegucigalpa, luego de los disturbios que dejaron una persona herida y el incendio de un autobús y un puesto de comidas rápidas.
Al menos 41 personas están aún detenidas por participar en esos disturbios, según fuentes policiales.
Obama no se va a jugar su prestigio: Zelaya
El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, afirmó ayer en Brasil que está "convencido" de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama "no se va a jugar su prestigio y tendrá una actitud más firme contra los golpistas" que lo apartaron de su cargo el pasado 28 de junio.
Zelaya realizó estas afirmaciones en una rueda de prensa posterior a la reunión que durante cerca de dos horas mantuvo con el jefe de Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en la cual éste le reiteró todo el apoyo de su país y le recordó la firmeza con la que ha condenado el golpe desde el primer momento.