Un homicida convicto que se encontraba prófugo pasó 16 años escondido en cuevas y 'tenía un aspecto parecido a Robinson Crusoe' cuando fue capturado, según la policía.
El inspector Carlos Gomes dijo el homicida Manuel Cruz, de 54 años, tenía la piel muy bronceada y una larga barba y vivió en varias cuevas situadas en las boscosas colinas cercanas a su aldea, Anisso, a unos 400 kilómetros (240 millas) al norte de Lisboa, donde fue pastor, dijo Gomes en una entrevista telefónica. La aldea tiene 312 habitantes.
Manuel Ramalho Cruz, presidente del consejo municipal de Anisso y que no tiene parentesco alguno con el detenido, dijo que los vecinos alertaron a la policía hace varios años que el fugitivo se escondía en la zona.
"No era muy fuerte, pero no estaba en mala forma", contó Gomes, que junto con otros 11 agentes detuvo el miércoles a Cruz en la "Operación Cromañón".
"Parecía un Robinson Crusoe", agregó Gomes. "Estaba sucio y mal oliente".
Cruz tenía un perro guardián y un arma pero no disparó a la policía, que se acercó a pie, según Gomes.
"Su reacción inicial fue muy agresiva pero se portó pacíficamente una vez que lo capturamos", agregó Gomes.
Al parecer amigos y familiares le proporcionaron alimentos.
Cruz cumplía una condena de 10 años por homicidio cuando huyó durante un pase de fin de semana en 1993, en cuya ocasión había acudido a la aldea.
"Era una persona callada, no …haría daño a nadie. la gente lo apreciaba", contó Cruz. "Contó a la gente que tenía miedo a la cárcel y que no quería volver a ella".
El diario Público dijo que, además de su perro, Cruz tenía solamente una radio de pilas. Jornal de Noticias indicó que cortaba hierba para que le sirviera de colchón.
Fue convicto tras mantener una discusión sobre cabras con una vecina y en el transcurso de la disputa Cruz la empujó y la mujer se golpeó la cabeza contra el suelo, falleciendo posteriormente a causa de la contusión, indicó Ramalho Cruz.