Dañadas. Más de un centenar de viviendas han sido víctimas del vandalismo, tras el desalojo que sufrieran más de cien familias.
A más de 24 horas del desalojo de más de cien familias en el fraccionamiento Anna, el panorama es desolador. Viviendas sin puertas, ventanas, sanitarios, chapas, lavaderos y algunos más grafiteados y con parte de su estructura dañada, es lo que se puede observar.
"Pero no por causa de las personas que vivían en estas casitas de manera ilegal, sino por los vándalos que recorren las calles de la colonia esperando qué maldad hacer y pues no desaprovecharon la oportunidad", comenta María del Pilar Esparza, vecina del lugar desde hace cinco años.
Ahora que nuevamente las viviendas se encontrarán solas por algún tiempo, la preocupación entre los vecinos regresa. "Se convertirán, una vez más, en nido de malvivientes", dice Esparza.
Y es que, con la llegada de los "paracaidistas" en el mes de enero, el panorama cambió. "Las casitas estaban en obra negra y ellos mismos las arreglaron, las pintaron, pusieron gran parte de lo que les faltaba, como las puertas y ventanas, pero lo más importante es que nadie se metía con nadie, eran buenas personas", indica Héctor, vecino y padre de familia.
María del Pilar, cuya vivienda se encuentra rodeada por casas desalojadas, exige a las autoridades tomar cartas en el asunto "para que ocupen las casitas o bien que los policías den sus recorridos, así estaríamos más tranquilos", señala.
Según los vecinos, los rondines de Seguridad Pública son pocos, "situación que facilita a los vándalos realizar sus fechorías a cualquier hora del día, y pues uno no les puede decir nada por miedo", comentó Leticia, también vecina de este sector.