El portero Tim Howard se lanza espectacularmente pero sin opción de atrapar la pelota que salió de los botines de Israel Castro, primero impacta en el poste y después se anida en el marco estadounidense para darle el empate a México que fue fundamental para que el Tricolor consiguiera la victoria ayer en el Estadio Azteca ante los Estados Unidos ante unos 105 mil aficionados. (Jam Media)
México remonta y vence a EU en el Estadio Azteca.
MÉXICO, D.F.- Adiós a las dudas sobre el 12 de agosto. La Selección Mexicana se adueñó del día en el calendario, del esférico en la cancha, del ambiente en la tribuna y del marcador que vuelve a pegarle a los escépticos con el 2-1 de venganza sobre el acérrimo enemigo: Estados Unidos.
México también rompió de paso con aquellas interrogaciones sobre lo que pasaría si se comía el primer gol. Vino de atrás, el duchazo de los primeros minutos y tan sólo con el control del balón, con la pausa y el sentido a sus avances pudo dar la voltereta, la que le da 3 puntos más en la cuenta que ya lo ubica con 9 para apretar la carrera hacia Sudáfrica 2010.
Ahora el dador de vida resultó Miguel Sabah, el entonado con el gol desde la Copa Oro, que ingresó para marcar y propinarle la segunda bofetada consecutiva a los que aún viven de su victoria de hace más de un mes sobre España.
Sabah volvió a encender el ambiente y enardeció a la banca de Bob Bradley, la que ya se sentía con el puntito en la bolsa.
Pero el Tri tuvo que modificar demasiado su parado, sus hombres y sus intenciones de resolver desde inicio.
De entrada, Estados Unidos procuró quemar el lado derecho mexicano y lo consiguió con el trazo de Landon Donovan que dejó colgado a Efraín Juárez.
El control de balón, la conducción a veces excesiva hacia uno y otro costado no le entregó a México la comodidad suficiente en el primer tiempo. El recurso del disparo de media distancia fue lo que le devolvió la justicia al encuentro.
La visita jugó como se esperaba, con un cerrojo de su media cancha hacia atrás y la apuesta al contragolpe.
El técnico mexicano, Javier Aguirre, le cambió el rostro al Tri en la segunda mitad, a través del ingreso de Carlos Vela y luego con Sabah en los instantes finales.
Porque Guillermo Franco batalló demasiado para sacudirse la marca de Oguchi Onyewu, y Cuauhtémoc Blanco por más técnica de soltura que mostró, terminó casi sin oxígeno, al cargar con el peso de la creación y el ritmo. El del Chicago Fire se fue entre aplausos por el derroche que sirvió para cansar al enemigo, aunque aún faltaba lo esencial.
Con los cambios y con el calor que mermó a los estadounidenses, conforme se acercó el cierre del juego la Selección Mexicana abrió sendas, especialmente de la cual gozó por la derecha con Giovani Dos Santos.
Estados Unidos trató de no dormirse, quiso llevarse todo de un jalón con la esperanza de que Jozy Altidore agarrara una en los "globitos" que lanzaban Tim Howard y sus defensas.
Pero México aprendió de la espina de la primera mitad y mejoró su aplicación defensiva. Porque en el arranque subestimó con el intento de una línea de 3 y un estilo demasiado abierto a través de Juárez casi como volante.
En el último cuarto del cotejo esta parcela derecha la sujetó Dos Santos y con 4 atrás se resolvieron las jugadas de peligro.
Estados Unidos optó en ocasiones por el juego marrullero, como cuando Nery Castillo tuvo que jalar a un jugador que se tiró sobre el césped para hacer tiempo, pero al caer el segundo, la visita ya no tuvo mucha capacidad de reacción.
El tricolor todavía mostró aire para descolgarse en busca del tercero, pero el árbitro Roberto Moreno dio el sonido para la victoria final, la que regresa la estabilidad del tricolor en el hexagonal, aunque todavía está lejos de un mayor festejo.
Un par de tequilas. Un festejo muy mexicano el que planeó Javier Aguirre, técnico de la Selección Mexicana de Futbol, luego del triunfo sobre Estados Unidos, pero durará poco, porque sabe que no puede dormirse sobre los laureles de la victoria de hoy, cuando quedan cuatro partidos en el hexagonal final de Concacaf rumbo al Mundial Sudáfrica 2010.
"Hoy se vale estar contento. Todos nos iremos mucho más satisfechos a la cama", dijo en mensaje de agradecimiento a la gente que asistió al Azteca y a la que siguió el juego por televisión. "Hoy es un día para festejar, echarse unos tequilas y después volver al trabajo, porque tenemos otra complicada final en Costa Rica", ésa será el 5 de septiembre, en la cancha del Saprissa. "La afición mexicana merece todo mi respeto, sé que van a ir a chambear con más ganas y me da gusto".
Aguirre se centra rápidamente en el siguiente objetivo, pero antes destaca la fuerza mental de sus jugadores, a pesar del golpe sicológico que pudo significar el tempranero gol de Charlie Davies de los Estados Unidos.