EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Se vende tepache

de Güémez

RAMÓN DURÓN RUIZ

En las circunstancias por las que atraviesa actualmente la economía del mundo, no tenemos más que dos opciones: o somos optimistas o pesimistas, escojo el optimismo y no por que el secretario del Trabajo, Javier Lozano, lo haya planteado en el foro "México ante la crisis", convocado por el Senado, contraponiéndose al planteamiento de Carlos Slim; mucho menos por las declaraciones fuera de contexto, hechas por el secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, en Francia, sino por la firme convicción de entender que esta es mi nación y que hoy más que nunca requiere de una visión que conjugue amor a la patria con la fuerza del optimismo; a propósito de optimismo les cuento la siguiente historia:

Concluida su carrera de ingeniero, Rumiano, invitado por sus amigos, había partido a la ciudad de Chicago, llegando a casa de sus parientes, ilusionado iba en busca del "sueño americano"; después de seis meses de ardua e infructuosa búsqueda de un trabajo, y una vez que se había acentuado la crisis económica, generando miles de desempleados, decidió regresar a Güémez con sus compañeros.

En su tierra fue animado por sus padres para que saliera en busca de un empleo, así lo hizo dirigiéndose a la capital del estado; andando por el mercado Argüelles, un letrero atrajo su atención: "Solicito empleados", más rápido que inmediatamente se dirigió al negocio en busca del encargado, al que encontró limpiando minuciosamente un triciclo de bicicleta:

--¡Oiga amigo! -dijo amablemente, a la vez que extendía la diestra en señal de saludo-, vengo a pedir razón sobre el letrero que está afuera, según entiendo solicitan empleados, me acabo de graduar... ¡yo soy ingeniero!

--¡Ah caray! -respondió el encargado, rascándose preocupadamente su entrecano pelo-, mire amigo, efectivamente aquí solicitamos empleados, pero me da pena decirle a usted que está leído, esta chamba es pa' vender tepache por la ciudad en los triciclos; vamos a "michas", es decir, de lo que venda, descontando los gastos, la mitad es pa' usted y la otra mitad pa' nosotros.

El ingeniero, después de meditarlo unos segundos y pensando que ya llevaba varios meses sin ingreso alguno, le dijo:

--Oiga 'pos yo le entro, ¿qué hay que hacer?

--Nada, sólo dejarme una identificación y salir a chambear, llega en buen momento, porque hoy juega el Correcaminos en la "loma".

Inmediatamente cumplió el requisito y se apersonó en el triciclo, en la parte delantera llevaba un enorme barril de cien litros del más exquisito tepache de la región y por todos lados portaba letreros de "Se vende tepache", "Tepache bien frío", "El mejor tepache está aquí", etc.

No había recorrido cuatro cuadras cuando el sudor recorría todo su cuerpo empapando totalmente su camisa, debido al fuerte calor que apenas empezaba en la región y a la falta de condición física, pues siempre había estado sentado tomando café y fumando con sus amigos.

Sabiendo por el encargado de que había partido de futbol de primera A, tomó camino hacia la Ciudad Universitaria, ubicada en la loma, con bastantes apuros subía la cuesta curva por curva, hasta que por fin, sintiéndose cerca del desmayo, arribó a la cima, dirigiéndose después de un breve descanso al estadio universitario, en donde uno de los aficionados, afectado por el fuerte calor, se le acercó preguntándole ingenuamente:

--¡Oiga, amigo! ¿Vende tepache?

El novel vendedor lo recorrió con una mirada de fuego y tomando el paliacate que portaba en el cuello para secarse el sudor que a raudales recorría desde su rostro hasta los modestos tenis, le dijo:

--¡Pos qué crees 'brón!.. ¿que ando paseando al chavo del 8 o qué?

Filosofo2006@prodigy.com.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 415709

elsiglo.mx