Antes sólo usaba la máquina de escribir, ahora la computadora forma parte de su complemento principal de trabajo. Rosario es secretaria de dirección del Museo Arocena. EL SIGLO DE TORREÓN/ÉRICK SOTOMAYOR
Esta es la plática con una lagunera que desde hace 27 años desempeña una de las mejores labores que existen... el de ser secretaria.
Justamente porque ayer se celebró en todo México el Día de la Secretaria, platicamos en reconocimiento a su tarea con Rosario Medina Salazar, quien desde muy jovencita tomó de lado el teléfono, agenda y máquina de escribir para convertirse en el brazo derecho de su superior.
Platica que al término de sus estudios de la Escuela Comercial Torreón ingresó de inmediato al gremio laboral, su papá falleció y había que trabajar.
Así como el puesto lo requiere: discreta, con iniciativa, capacidad de destreza para solucionar los problemas y siempre con una sonrisa en los labios, Rosarito de esta manera, ha conducido su profesión de la que dice le ha traído una serie de satisfacciones.
"Al comienzo no fue nada fácil, mi primera jefa fue la señora Pilar Ordóñez, le doy gracias a esta bendita mujer que me dio formación dentro de la oficina, pues muy aparte se encuentran los principios que recibes en la casa" expresó.
Sus superiores han sido puras mujeres, la vida le ha ofrecido la oportunidad de tomar decisiones, orienta con afecto y siempre trata de ser los ojos, oídos y protección de sus jefas.
Quienes fungen este papel sobre todo deben ser muy discretas, es por ello que viene el nombre de secretaria (de secreto), coadyuvar al óptimo desempeño del director es la función primordial que tenemos, externó la agradable dama quien agregó "hay momentos en que tenemos que salir al quite y dar atención rápida al trabajo".
Finalizó con el comentario de que ella es secretaria de taquigrafía, así toma sus dictados, eso sí con la introducción de la computadora aprendió porque aprendió; la carrera evolucionó y la máquina de escribir se quedó como un hermoso recuerdo característico de la profesión.