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Semana Mayor

Las laguneras opinan...

ROSARIO RAMOS SALAS

Víctor es un hombre fortachón y de piel quemada por años de andar al sol. Lleva más de veinticinco años vendiendo periódicos y revistas en la playa. Lo he visto recorrer la larga playa, descalzo, caminando sobre la arena hirviendo, con una pila de periódicos y revistas sobre su cabeza. Lo hace con la sonrisa en su rostro. Sabe que él es quien trae las noticias del día a los turistas. Al inicio de la jornada la torre de periódicos suele ser muy alta.

A veces, al final también. Y es que las ventas han estado muy bajas, dice. Este año no ha venido el turismo. Por eso ahora también ofrece ropa deportiva, algo que le deja un poco más. Ya está cansado de vender periódicos y es que caminar por la playa todos los días cargando la mercancía en la cabeza debe ser pesado.

Es la Semana Mayor, Semana Santa, o de Guardar. Así se conoce a la semana que apenas termina. Para muchos, también semana de vacaciones, de éxodos, de ciudades que se vacían y de otras que se llenan. Tiempo de playas atestadas.

Nuestras playas se convierten en lugares para pasar la semana. No sólo eso, se han vuelto mercados al aire libre. Aquí todo se vende y se compra. Comida, diversión, ropa, collares, periódicos, lentes de sol, sombreros, cocos.

Además de Víctor, un sinfín de vendedores va saliendo de la nada. Temprano comienzan los vendedores de joyería de plata, cadenas, pulseras, anillos. Traen un muestrario en una maleta negra. Andan bien vestidos. Pantalón y guayabera. Van con zapatos. Se quejan de que la plata ya no vende como antes. A media mañana pasa la señora que vende tamales de elote. Los lleva en un refrigerador portátil que carga con sus dos manos.

Los ha cocinado de madrugada y ahora debe recorrer la playa para ver si saca la venta.

Un joven vende paletas de hielo. El refrigerador con las paletas va sobre un carrito con ruedas. Se ha modernizado. Va gritando los sabores, limón, mamey, coco, mango, tratando de hacerse escuchar entre el ruido de las olas y el viento que se ha soltado. Lo bueno es que hace calor y es fácil vender el producto.

No faltan las indígenas que bajan de la sierra o vienen del estado de Oaxaca. Ellas venden collares de todos los colores. Muestran la mercancía sobre uno de sus brazos. Si te interesa comprar se sentarán contigo en la arena y desplegarán sus anchas faldas coloreadas y despintadas por el sol y de debajo de sus enredos sacarán más mercancía. ¿Cuánto peso cargan en sus cuerpos? Ellas son abuelas, madres o hijas, algunas con sus bebés a sus espaldas, estarán cada vez más viejas, pero seguirán vendiendo collares colgando de sus brazos.

A veces anda un señor con un cocodrilo-bebé sobre sus hombros. Su negocio es tomarte una fotografía cargando el cocodrilo. Tú aparecerás en la foto con este señor de barba blanca, que viste con una camiseta color amarillo, del equipo de futbol América y el cocodrilillo manso y amaestrado, acomodado sobre tu hombro como si fuera un bebé. Terminarás el trato comercial pagando cincuenta pesos.

Esta vez vi a otro lugareño que, en lugar de cocodrilo trae una iguana de ésas con cara de monstruo, tez parda y cresta tiesa. Creo que el cocodrilillo de fauces alargadas es más demandado que la fea iguana. No lo sé, pero sí, que es ilegal traer animales en cautiverio.

Nuevos vendedores con mercancía, ahora demandada aparecen. Una chica muy joven ofrece tatuajes para el cuerpo. En una carpeta, a manera de catálogo muestra los diseños. Está de moda llevar un tatuaje en el cuerpo. Una flor, la Virgen de Guadalupe, un corazón, un dragón, un animal, una cruz, Y ahí va vende y vende tatuajes.

Una indígena ofrece trenzar el cabello a niñas y mujeres. Obras de arte sobre las cabezas femeninas, las trencitas son un producto que también gusta mucho y te ahorrará el trabajo de peinarte mientras te duren las trencitas.

Es tiempo de comer. Llega la señora que ofrece ostiones, pulpo, camarón, almejas, tiritas de pescado. Productos del mar que su esposo o su hijo, habrán sacado esta misma mañana. Ahí en algún rincón de la playa, bajo una sombrilla, instalan su puesto donde limpian, lavan y preparan los platillos.

Queda la señora que vende cocos. Los lleva todos sin abrir, amarrados sobre el hombro, menos uno que va abierto, listo para quien le guste el agua de coco.

Y no cuento a los que venden entretenimiento marítimo y pasan las horas del día bajo un calcinante sol. Renta de motos acuáticas, paseos en paracaídas, en bananas, con la familia o con amigos. Renta de veleros, canoas o lanchas para salir de pesca.

La procesión de vendedores no termina.

Mientras unos ven pasar la vida, instalados cómodamente bajo un toldo, o tomando el sol, otros, deambulan sobre arena y agua, aguantando calores, viento y humedad. Van con las crisis en sus espaldas, cargan la falta de oportunidades y trabajo, pero no pierden la esperanza. Al final del día esperan llevar a sus casas el producto de su trabajo. Se ganarán la vida y lo harán con aplomo y dignidad.

Así pasa la Semana Mayor en nuestras playas

A diferencia de las elecciones locales realizadas el año pasado, estos próximos comicios federales para renovar la Cámara Baja del Congreso, no pintan tan aburridos. Al menos así se ha mostrado el cierre de esta primera parte del proceso que fue de las precampañas en enero, a la tregua de Semana Santa, donde hasta los políticos "descansan".

A principios de año, en enero, el PRI parecía dominar la contienda de manera casi absoluta, al menos así lo presentaban todas las encuestas nacionales, donde el tricolor lideraba las posiciones hasta por 20 puntos de diferencia en varias circunscripciones. A la par de las encuestas y los comentarios sobre la tendencia arrolladora del PRI, el IFE y los partidos nos recetaron varios cientos de miles de anuncios.

Y si bien, los del IFE informaron sobre el proceso de credencialización y la fecha para ir a votar el 5 de julio, los partidos en general, nos prodigaron sus fórmulas para la felicidad, sin importar siquiera que sean medianamente realizables. Sin embargo, a pesar de la impunidad declarativa con la que acechan a los electores, creo que pocos recordamos, o en el mejor de los casos, ni siquiera interesa, la información repetida hasta la náusea que nos impusieron los partidos.

Pasaron los meses y las cosas parecían inmejorables para el PRI, pero una campaña planeada y administrada desde las trincheras nacionales del PAN, metió en la pelea a ese partido. El principal pugilista, Germán Martínez, logró que el PAN empatara en las preferencias electorales al PRI, lo que se tradujo en una caída de las preferencias tricolores, aunado a la campaña negra que hábilmente administró el líder del PAN.

Entre otras cosas, Martínez acorraló al PRI por la tardanza con que aprobaron las leyes antinarco en el Senado, como la extinción de dominio, pero al mismo tiempo un par de candidatos priistas, uno a gobernador de Colima y otro más en Ciudad Juárez, aparecieron con nexos cercanos al crimen organizado, lo que ensombreció más al PRI. La actitud combativa de Martínez y su mensaje dominical en video desde la página de Internet del PAN, terminaron por sacar de sus casillas al más templado y colmilludo priista: de Manlio Fabio Beltrones a Emilio Gamboa, de Beatriz Paredes a Jesús Murillo Karam.

Quien dijera que el "muchacho pendenciero" (Gamboa dixit), iba a ser quien marcara la pauta de esta primera fase de la campaña y que por lo tanto, regresara al PAN a la pelea.

Si ha habido un protagonista de esta primera fase, ése ha sido Germán Martínez con la sal y pimienta que agregó al proceso electoral, aún con todo y la (barata) multa que el IFE aplicó al PAN por recurrir a las campañas negativas. Y es que a Martínez y su partido, no le queda de otra más que arrojarse y sacar combativamente la campaña, porque es ahora o nunca, para un partido blanquiazul que simplemente ha perdido más del 90% de las elecciones convocadas.

Y como muestra de ese arrojo, el PAN de manera pragmática, le ganó al PRI, a Valdemar Gutiérrez Fragoso, dirigente del sindicato del IMSS, y quien hace unos días, el PRI lo tenía por seguro para una diputación plurinominal.

Por lo pronto, esta pelea por el poder no se termina y todavía faltan dos combates más: la campaña abierta de los candidatos que inicia en mayo, donde vamos a ver las preferencias más cercanas a la realidad y finalmente, el día de la elección. Entonces sabremos, si el reposicionamiento del PAN se sostiene o la pelea del PRI lo regresa a la primera fuerza. Seguiremos atentos a las tendencias, y por lo pronto, les deseo a los lectores días de paz y reflexión, propias de la Semana Santa.

 FUJIMORI SÍ, ¿Y ECHEVERRÍA? A veces cuando hablamos de democracia, solemos compararnos injustamente con las grandes tradiciones democráticas de países europeos o norteamericanos como Estados Unidos y Canadá, sin embargo, con todas sus dificultades y retrasos históricos, algunos países latinoamericanos han cultivado con mejores resultados aspectos de la democracia que en el México simplemente no pintan. Ahora Perú nos da una lección. Mientras en México se exoneró a Luis Echeverría, por estas mismas fechas, la justicia peruana condenó a Alberto Fujimori a 25 años de cárcel por diversos asesinatos.

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