China sentenció el jueves a la pena capital a tres personas más por los asesinatos cometidos durante los disturbios en la región occidental de Xinjiang en julio, por lo que ahora son nueve las personas que serán ejecutadas.
Casi 200 personas murieron cuando un grupo de musulmanes uigures e integrantes de la etnia china han chocaron en las calles de la capital regional, Urumqi.
Primero los uigures atacaron personas al azar en la ciudad mayoritariamente han. Días después, los vigilantes de la etnia han contraatacaron en barrios uigures. Se considera el peor enfrentamiento entre etnias en décadas.
Los tres acusados fueron sentenciados a muerte por la Corte Popular Intermedia Urumqi y otros tres fueron sentenciados a muerte con dos años de cárcel a prueba, lo que generalmente suele ser conmutado a cadena perpetua, informó la agencia noticiosa estatal Xinhua.
Los condenados eran uigures excepto por un chino han que fue sentenciado por golpear a muerte a un uigur con una barra de acero durante los ataques, agregó Xinhua.
Los uigures que enfrentan la pena capital fueron sentenciados por el asesinato a golpes de dos personas el 5 de julio. Uno de los hombres que estarán a prueba dos años fue declarado culpable de golpear a muerte a una persona y el segundo de provocar un incendio en una concesionaria de autos que destruyó 40 vehículos y causó fuertes pérdidas materiales.
En total, 14 personas fueron sentenciadas el jueves, incluyendo tres que recibieron condenas a cadena perpetua por atacar personas, comenzar incendios y destruir propiedad privada.
De entre esas personas cinco fueron sentenciadas entre cinco y 18 años en prisión por provocar incendios o ataques, según Xinhua. La vocera del gobierno regional de Xinjiang, Hou Hanmin, dijo que todos los que fueron sentenciados a prisión eran uigures, excepto uno.
El reporte sobre las condenas no especificaba si los acusados aceptaron los cargos o si presentarían una apelación.
Dilxat Raxit, un activista por los derechos de los uigures para el Congreso Mundial Uigur con sede en Alemania, condenó los fallos y dijo que según sus fuentes los acusados no podían escoger a sus abogados y pasaban con ellos sólo 10 minutos antes del juicio.