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Sentido común y valentía

POR JULIO FAESLER

Recesión, depresión, y ahora pandemia. Hasta un conato de temblor en la Capital de la República. Bienvenido el mal cuando viene solo. Encima del rosario de problemas económicos, algunos llegados desde fuera, a México ahora se añade el chahuixtle de aparecer ante los ojos del mundo como el centro de atención por la infección gripal, H1N1, que la señora Margaret Chan, directora General de la Organización Mundial de la Salud, (OMS) acaba de ascender al grado 5, previo al de pandemia. El pueblo mexicano resiste.

La firmeza con que el Presidente de la República y su Secretario de Salud han atajado el asunto ha sido ejemplar, como lo ha reiterado la OMS en sus declaraciones y en conferencias de prensa, al señalar que México "demostró apertura y transparencia al avisar al organismo y a otros gobiernos, sobre el brote de esta nueva cepa de gripe". Hasta ahora se han confirmado más de 150 casos en Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, España, Nueva Zelanda, Alemania, Israel y Austria.

Es absurdo que alguien acuse al Presidente de estar ausente. Las apariciones de Felipe Calderón en los medios televisivos nacionales son exactamente lo que se requiere en estos momentos de ansiedad nacional e internacional. El Presidente se ha distinguido por su constante empeño en mostrar una firme conducción del timón y la solidaridad del Gobierno con toda la población compartiendo sin vacilación toda la información disponible, y uniéndose a las preocupaciones que provoca la marejada de noticias, a veces contradictorias que se difunden.

Hay que entender que muchas de las confusiones que circulan tienen su origen en que ha tardado mucho el proceso de laboratorios especializados para identificar con exactitud las características del virus que se presenta en una nueva "mutación", hasta ahora desconocido. El que todavía no se haya diseñado la vacuna correspondiente que nos inmunice de la nueva variedad de la influenza, no impide divulgar todo lo que cada uno de nosotros necesita saber para evitar el contagio, a la vez que se ha divulgado hasta la saciedad qué hacer y cuándo acudir a las clínicas en caso de caer enfermo. Cuando por fin se produzca la vacuna específica se aplicará masivamente para contrarrestar futuros contagios, pero la tarea de hoy es sanar a los que están en los hospitales. Hay que trabajar en el presente mientras se prepara el futuro.

En las pocas semanas transcurridas desde principios de abril con los aún misteriosos brotes en Veracruz, se ha ido despejando la realidad y por ahora se cree que su origen es porcino. La escasez de casos confirmados, sean de enfermos o fallecidos, hace que a primera vista parecieran excesivas las draconianas medidas que se vienen tomando en algunos estados de la República. Hay que entender que el cierre de escuelas, cines, teatros, museos, estadios y campos deportivos, y otros lugares de reunión, tiene por objeto impedir que los contagios se propicien en las conglomeraciones. En el Distrito Federal se llegó hasta el discutible extremo de cerrar restaurantes, medida no sugerida por la OMS.

El tiempo que se ha tomado la investigación científica para ir llenando los huecos de información ha permitido correr rumores que circulan de boca en boca y al través de correos electrónicos. Hoy prolifera toda suerte de opiniones infundadas y aseveraciones irresponsables de quienes creen saberlo todo y jactarse de datos confidenciales. La nube de confusión es material nuevo para los detractores sistemáticos del régimen que no pierden oportunidad para censurar todo lo que el Gobierno hace.

Según algunos rumores, que el mal se conocía desde antes de su anuncio oficial por un caso sucedido en una planta beneficiadora de carne porcina en el Estado de Veracruz. Según ello, la verdad de la influenza se ocultó por temer que ello involucrase a la empresa en engorrosas investigaciones. Otra versión en la misma dirección diría que la amenaza de la influenza es un espeso complot urdido por los presidentes de México y de Estados Unidos para distraer la atención mundial de los problemas, los verdaderamente serios, se diría, como es la crisis económica mundial y la intensificación de la guerra contra el narcotráfico y el narcoconsumo. Los rumores no acaban, porque la intención es poner en entredicho la responsable y firme labor del gobierno.

El Secretario de Salud está en directo y constante contacto con las autoridades internacionales. Al declarar la OMC que se ha entrado a la Fase 5, no dice que las condiciones empeoren en México, la reclasificación simplemente indica que los estudios de laboratorio más recientes señalan que la transmisión de la enfermedad es entre humanos y que ésta ha aparecido en dos países de una misma región, además de que no se descarta que pueda aparecer en cualquier lugar del mundo. Para que esto no suceda, las precauciones son mundiales, incluyendo por ejemplo el transporte aéreo.

Son tiempos de cautela, sentido común y entereza personal. Son también tiempos de apretar los lazos en la familia y en la comunidad. Son tiempos de unidad y confianza. Hay que saber sacarle provecho a esta nueva prueba nacional. Afortunadamente México está dando buen ejemplo al mundo.

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