Al relevo. El diplomático Carlos Pascual fue confirmado por el Senado de EU como nuevo embajador de ese país en México. NOTIMEX
El pleno del Senado aprobó ayer la confirmación de Carlos Pascual como embajador de Estados Unidos en México.
La confirmación de Pascual, que se había visto obstaculizada a raíz de las maniobras obstruccionistas de los republicanos descontentos con la posición de EU frente a Honduras, se produjo a última hora y de forma conjunta con una veintena de nombramientos que se convirtieron en la última horneada de confirmaciones del Senado antes del receso legislativo de agosto.
Tras su confirmación, fuentes diplomáticas reconocieron que es posible que Pascual asista como parte de la delegación del presidente, Barack Obama, a la próxima Cumbre de Líderes de América del Norte del 9 y 10 de agosto en Guadalajara. Pascual podría viajar en el mismo avión que llevará a Obama y acudir a la Cumbre en calidad de embajador designado.
De origen cubano, Pascual, un diplomático con una carrera de 50 años, se convierte así en sucesor de Antonio Garza en momentos en que México y EU han convertido la lucha contra los cárteles de la droga en una de sus prioridades.
Además de una amplia y apretada agenda que incluye el rescate de las economías y el fortalecimiento de los esquemas de cooperación para hacerle frente a situaciones de emergencia sanitaria como la pandemia de influenza que mantiene en situación de máxima alerta a los dos países.
Egresado de las universidades de Stanford y Harvard, Pascual se convertirá así en el interlocutor de la Casa Blanca ante el Gobierno del presidente de México, Felipe Calderón, que receló en un primer momento de su designación por considerar que el perfil político y académico de Carlos Pascual no se ajustaba a las necesidades y exigencias de una relación bilateral que depende en buena medida de sus buenas relaciones con los poderes ejecutivo y legislativo de ambos países.
En su única comparecencia ante el subcomité de exteriores del Senado, Pascual pronosticó un aumento en la violencia y muertes a causa de la lucha sin cuartel que EU y México libran contra los cárteles de la droga.