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Será Terrorismo o narcotráfico?

MIRANDO A FONDO

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

SEGÚN LA ENCICLOPEDIA “El terrorismo es el uso sistemático del terror, para coaccionar a las sociedades o gobiernos, utilizado por una amplia gama de organizaciones políticas en la promoción de sus objetivos, tanto por partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, de derecha como de izquierda, así como también por grupos religiosos, racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores, ecologistas y gobiernos en el poder”.

“EL TERRORISMO COMO táctica, es una forma de violencia política que se distingue del terrorismo de Estado por el hecho de que en este último caso sus autores pertenecen a entidades gubernamentales. Se distingue también de los actos de guerra y de los crímenes de guerra en que se produce en ausencia de guerra y la presencia de actores no estatales en conflictos armados que ha causado controversia”.

DENTRO DE LOS INSTRUMENTOS utilizados para implementar dicho mecanismo, o actos terroristas, se incluyen diversas formas de violencia física contra las personas, como el secuestro, la tortura o la ejecución extrajudicial; diversas formas de violencia moral, como la amenaza de las anteriores o la presión social; diversas formas de violencia contra los bienes privados y públicos, como la destrucción de los mismos con materiales explosivos o incendiarios. Finalmente, uno de los instrumentos más utilizados por los grupos terroristas es el atentado con explosivos contra blancos militares o civiles para provocar muertes indiscriminadas.

DE LOS TEXTOS transcritos se desprende que la llamada lucha en contra del crimen organizado no lo es tal. Si analizamos los elementos que constituyen el terrorismo, no es difícil deducir que el Estado mexicano está dando en estos momentos una lucha, pero no en contra el crimen organizado, sino en contra de un verdadero terrorismo.

PARA CUALQUIER narcotraficante o cártel, su objetivo primordial es hacer sus negocios, esto es, producir, transportar, vender y exportar su producto básico: la droga y con ella ganar muchos millones de dólares. Como a cualquier empresa su fin primordial es hacer y ganar dinero. Su fin no es otro que el acumular recursos financieros, pero lo que estamos viendo en México parece ser cosa muy diferente.

LOS GRUPOS y cárteles que vemos operar en este país, en lugar de tratar de hacer progresar su negocio, de evitar cualquier encuentro o contacto con las fuerzas del Estado lo más posible para no ofrecer blanco a los cuerpos policiacos, se dedican a todo lo contrario: a exhibirse en bautizos y fiestas de quince años; ocuparse de atacar y asaltar los cuarteles policiacos o a buscar y enfrentarse con las policías en cualquier lugar y a cualquier hora. Asesinar de manera indiscriminada tanto a los representantes de las fuerzas del Estado como a civiles inocentes. Para ellos no existe diferencia alguna y si las cosas son así, se trataría entonces de grupos de terroristas, y no especialmente grupos del crimen organizado. El negocio ha pasado a segundo plano, ahora se trata de sembrar el terror en la ciudadanía y atemorizar a los cuerpos del orden público como fin último.

BAJO EL PUNTO de vista metodológico se puede considerar terrorista al grupo que perpetra secuestros, atentados con bombas, asesinatos, amenazas y coacciones de manera sistemática a las policías. Técnicamente, estos actos están destinados a producir terror en la población, no a tener ganancias económicas, por lo que habría que definirlos como meros actos terroristas.

LAS FORMAS Y HERRAMIENTAS para combatir a las personas y organizaciones terroristas o potencialmente terroristas, han sido y son objeto de discusión. En algunos casos se ha sostenido que la represión del terrorismo debe realizarse siguiendo los procedimientos legales, respetando los derechos humanos de las personas y preservando el sistema democrático, pero en otros casos el Estado ha recurrido a procedimientos ilegales, fuerzas parapoliciales y paramilitares, autorización de la tortura, suspensión de los derechos humanos e incluso instalación de dictaduras. Sobre este respecto pensamos que el crimen no se puede combatir con el criminal, pues entonces el Estado mismo sería igual a los criminales que quiere combatir.

COMO SE VEN LAS COSAS, el Estado mexicano libra ahora ya no una lucha en contra del crimen organizado sino en contra de grupos de terroristas urbanos que más parecería tratan de socavar al Estado mexicano, que hacer negocios en la clandestinidad.

ANTE ESTA VARIANTE, el presidente Calderón debería quizá replantear la estrategia de su lucha, para enderezarla en contra de lo que realmente es: una guerra en contra de grupos terroristas.

Comentarios gaasoc@hotmail.com

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