La canciller alemana, Angela Merkel, puso ayer en marcha la formación del que será su segundo Gobierno, con el pujante Partido Liberal (FDP) como nuevo socio y el compromiso de seguir siendo "la canciller de todos" los alemanes, sin perder de vista el "equilibrio social".
"La Unión es el partido del centro y soy la misma persona con uno u otro socio, la canciller de todos los alemanes", afirmó ante la pregunta de si en esta segunda legislatura iba a conocerse a "la otra Merkel", es decir, la supuestamente desprovista del componente social derivado del hecho de gobernar hasta ahora en coalición con el Partido Socialdemócrata (FDP).
La Unión -formada por la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU)- se alzó con el 33.8% de votos -una pérdida de 1.4% respecto a 2005- y podrá formar Gobierno con el FDP, gracias al ascenso liberal.
Las negociaciones de coalición con su futuro socio espera Merkel sean "rápidas, pero no precipitadas".
"El 9 de noviembre, cuando se celebre el 20 aniversario de la caída del Muro de Berlín, me gustaría recibir con un nuevo Gabinete a los jefes de Estado y Gobierno europeos y otros huéspedes que acudirán" a las celebraciones, dijo la canciller.
Dijo que la celeridad en las negociaciones es para responder al compromiso de ambas formaciones de "impulsar el crecimiento y la creación de empleo", en un momento "económicamente complejo".
La canciller cuenta para ello con la aquiescencia del líder del FDP, Guido Westerwelle, quien expresaba casi al unísono, su propósito de emprender "cuanto antes" unas negociaciones "profundas y responsables", además de "acordes con el resultado de las elecciones".