“Sin censura, el público se puede confundir enormemente.”
General William C. Westmoreland
Es por supuesto correcta la decisión del IFE de no censurar los anuncios del PAN que, con la presencia de la atleta Iridia Salazar y otros personajes, hacen referencia al presidente de la república. Lo que inquieta es que cuatro de los nueve consejeros del IFE hayan votado a favor de la censura.
En su afán de convertirse en censores cada vez más severos, estos cuatro consejeros –Marco Gómez, Marco Baños, Francisco Guerrero y Virgilio Andrade-- se han olvidado de la razón por la cual tenemos elecciones. El propósito es permitir a los ciudadanos juzgar a los gobiernos y determinar si renuevan el mandato o lo cancelan. Pero esto es imposible si el IFE nos impide a los ciudadanos conocer lo que hacen los gobernantes.
Otros partidos políticos se promueven sobre la base de programas que realizan sus gobiernos. El PRD en el Distrito Federal está difundiendo anuncios en que señala que el gobierno capitalino ha abierto prepas, otorgado becas y repartido beneficios a distintos grupos de la sociedad. Podemos estar de acuerdo o no con estas políticas, pero no podemos aceptar que se nos impida conocer lo que está haciendo un gobierno cuando el partido del que surge nos pide su voto.
El presidente Felipe Calderón tiene hasta este momento una buena imagen pública. Su grado de aprobación en las encuestas ha venido aumentando en el último año. En el sondeo publicado por el periódico Reforma este pasado 1ro de junio, el mandatario registra una aprobación de 69 por ciento. Si bien en México el presidente siempre obtiene altos grados de respaldo, ésta es una cifra muy elevada si consideramos que nos encontramos en la mayor recesión del país cuando menos desde 1995.
Es lógico que el PAN busque apoyarse en esta imagen favorable del presidente. También que el PRD capitalino use a Marcelo Ebrard, que tiene igualmente un alto grado de aprobación, o el PT y Convergencia recurran a Andrés Manuel López Obrador.
El que haya sido tan cerrada la votación en el IFE para permitir algo tan natural, tan común en cualquier democracia real, como que unos anuncios políticos hagan referencia al presidente postulado por ese partido, conforma lo restrictivo de nuestra actual legislación electoral. A veces parecería que el propósito de la ley es despojar al ciudadano del derecho a saber por quién está votando.
Yo en lo personal estoy hastiado de la campaña de Iridia Salazar. Los millones de spots a que nos someten el IFE y los partidos políticos me han cansado a tal grado que por primera vez estoy considerando la posibilidad de no votar. Pero prefiero que los partidos ofrezcan cuando menos algunos argumentos, en vez de mostrarnos los rostros de los candidatos o frases vacuas.
La actual legislación electoral ha resultado desastrosa. Es una lástima porque a lo largo de décadas los mexicanos fuimos construyendo un mejor sistema electoral, el cual permitió una representación plural en el Congreso, la alternancia de partidos en la Presidencia y los gobiernos estatales, y las elecciones más disputadas de la historia.
La contrarreforma electoral les dio poder y valentía a los modernos Torquemadas del IFE, que han tratado de ser más papistas que el papa en la aplicación de la censura electoral. Hoy por lo menos encontramos una decisión sensata, que un partido pueda hacer campaña sobre la base de lo que ha hecho un gobernante surgido de sus filas. Pero el que el tema se haya definido por un solo voto de diferencia nos demuestra la fragilidad del espíritu democrático del IFE.
MUERE MÉXICO
Con apoyo del INBA, la SRE, Conaculta y la UNAM, Teresa Margolles presenta en el Pabellón de México de la bienal de Venecia a partir de este 7 de junio una exposición que es un espacio vacío con desechos de cadáveres y sangre de narcoejecuciones. Se repartirán tarjetas para picar cocaína con fotografías de ejecutados. ¿Para qué queremos gastar dinero en Vive México, cuando tenemos Muere México?
www.sergiosarmiento.com