En crisis. Los hijos de Alfredo regresarán a clases el próximo 24 de agosto, pero no hay dinero para la compra de útiles ni uniformes.
Los días pasan y Alfredo Álvarez no encuentra empleo. Es albañil, pero desde hace más de tres meses no cuenta con un trabajo fijo.
"Con las liebres que salen de uno o dos días, a penas sale para pasarla", dice preocupado.
Vive en la colonia J. Luz Torres sobre la calle Olvera, en donde las casas de cartón y de adobe abundan. Su hogar no es la excepción. Dos cuartos son suficientes para dar cobijo a su pareja y a sus cuatro hijos, aunque también uno de ellos se ha acondicionado como cocina.
Actualmente tres son las cosas que le han quitado el sueño. En primer lugar su falta de empleo; en segundo la falta de dinero para comprar todo lo necesario para el regreso a clases de tres de sus hijos; y en último lugar, las condiciones en las que se encuentra su pequeña vivienda.
"Como no tengo terminada la secundaria, en ninguna maquila me quieren, por eso trabajo de albañil", dice con tristeza el joven padre de familia.
Ahora, sólo trabaja un par de días a la semana, "y eso cuando salta algún trabajo pequeño de uno o máximo dos días", comenta Alfredo Álvarez.
Por fortuna, dice, su mujer ha conseguido un empleo temporal, "va a una casa a limpiar los sábados y en ocasiones los domingos, pero yo sigo buscando trabajo porque no me gusta que den nada, me gusta trabajar", comenta Alfredo.
FALTA DINERO
A unos días de que sus tres hijos regresen a clases, Alfredo no tiene los recursos para la compra de útiles ni uniformes. Entre sus cuentas, ha calculado un gasto de tres mil pesos, "no se cómo le vamos a hacer, lo más probable es que pida prestado, pero de que tienen que seguir con la escuela, tienen que seguir", señala.
Y es que, Brenda, Alfredo y Jessica, estarán de regreso a secundaria, sexto y cuarto grado, respectivamente, hasta el próximo lunes 24 de agosto.
Otra de sus preocupaciones, es el deterioro de su vivienda. Grietas cerca de la ventana, de la cama, de la puerta, y de otros lugares, se pueden apreciar a simple vista. Por ellas se filtra el agua de lluvia, "por eso corremos de un lado para que ni los pocos muebles que tenemos ni nosotros, nos mojemos", cuenta Alfredo.
Repararlas es su sueño de todos los días, así como la construcción de un baño en su patio. "Las tablas ya están listas, pero falta dinero para perforar la fosa", comenta preocupado el padre de familia.
Debido a la falta de dinero, Alfredo con el apoyo de su cuñada Socorro Gómez, quien vive a un lado de su hogar, cavaron una pequeña, pero quedó a medio construir, por lo que ahora es un pequeño tiradero de basura, lo que representa un foco de infección para los menores.
ALFREDO ÁLVAREZ
Padre de familia
