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Sindicato Mexicano de Electricistas

El Filósofo de Güémez

RAMÓN DURÓN RUIZ

Al PRD le sucede lo que al hacendado que venido a menos fue tumbado por la burra arisca y mañosa que iba al pueblo a vender: "tiene que hablar bien" de Martín Esparza, el líder del Sindicato Mexicano de Electricistas, a quien el secretario del Trabajo, Javier Lozano, le negó su tercera reelección debido a fuertes y múltiples irregularidades en el proceso eleccionario.

En otros tiempos el PRD criticaba acremente el sindicalismo mexicano por no representar honestamente a sus trabajadores y por haber enriquecido a sus líderes, pues ese sindicalismo que exhibe un cinismo sin igual y además es altamente redituable en lo económico, y en marchas y plantones en el D.F., es el mismo que defiende ahora con el Sindicato Mexicano de Electricistas.

La nación, es rehén de intereses partidistas y sindicales que pelean por una democracia que ellos mismos vulneran, la pregunta es: ¿dónde están los de la honestidad valiente?, alentando un conflicto en el que nadie gana

Los mexicanos estamos hartos de líderes que abusan del sindicalismo, basados en la simulación de una defensa a los trabajadores que nunca realizan. Las encuestas recientes se manifiesta con 70% de absoluta desconfianza en tres áreas: la Policía, los partidos políticos y los sindicatos.

El SME muestra tan sólo uno de los retos que nuestro país enfrenta en materia sindical, el panorama es sombrío, Luz y Fuerza del Centro pasa por uno de sus peores momentos, con un sindicalismo radical lleno de prebendas y corrupción. En nuestro país algunos líderes, revelando un descaro sin igual, practican un singular sindicalismo con una doble moral en la que dicen defender a los trabajadores, pero, por otra parte, hacen a su costa un sindicalismo altamente redituable que daña a las empresas, a la vez que frena capitales y ahuyenta inversionistas en una época que tan necesarias son sus inversiones.

En el aire no sólo está la posibilidad de continuar con los abusos del SME, con marchas y plantones, sino también el sabotaje a instalaciones eléctricas y de medidores para que los ciudadanos paguen menos

Al SME no le interesa la vía jurídica porque expertos como son en el tema, saben que sus triquiñuelas quedaron exhibidas a la luz pública; tampoco le interesa eficientar el pago y calidad de servicio, mucho menos combatir el robo de energía, su camino es mantener las prebendas políticas, el paro de labores, las marchas, los plantones, amenazar con meter a la Ciudad de México en un caos, el mismo que tienen en el interior de su sindicato.

Y el PRD no sólo tiene que "hablar bien de él", sino también apoyarlo en sus demandas -las irregularidades cometidas en el proceso eleccionario en otro sindicato serían la mancha de la democracia, pero en éste, que es su aliado, es una aberración del Gobierno Federal.

Esta paraestatal requiere tan sólo 9 mil trabajadores para su operación, pero el Sindicato, con el tiempo y con la amenaza de "bajar el switch" al Centro del país, ha logrado que se le contraten 44 mil empleados, exceso sólo explicable por la ineficiencia de la administración y porque el Gobierno ha tenido miedo, en cada revisión contractual, de cancelar las prebendas, del contrato colectivo de trabajo más oneroso y amañado, como aquella cláusula que exigía entre otras prestaciones aberrantes: "delfinoterapia para tratar a sus enfermos", lo que es el colmo del agravio a cualquier mexicano que tenga más de dos dedos de frente.

El SME ha logrado crear un ambiente de desprestigio e ineficiencia entre sociedad civil, intelectuales y académicos, no pretende a su interior un ejercicio democrático, sano y propositivo, su mensaje es beligerante, lo que busca es confrontar, apagar la capital política del país y llenarla con manifestaciones si no son aceptadas sus condiciones para continuar con un sindicato nefasto para el país.

Unido a los graves problemas nacionales como la inseguridad, la crisis económica y el desempleo, el Sindicato Mexicano de Electricistas hunde a Luz y Fuerza del Centro con su corrupción, burocracia excesiva, recibos inflados y un pésimo servicio de luz, devastando un monopolio que es ejemplo de ineficiencia. En un cuadro que concentra la pobreza, no la alimentaria de más de 20 millones de mexicanos, sino la política de los líderes que no entienden que el país se nos va de las manos no sólo por la crisis económica, por la ausencia de resultados en el Congreso, por la falta de reconciliación nacional, por una justicia que no es pronta ni expedita, también por su sindicalismo que no está a la altura de las circunstancias que, buscando preservar sus cotos de poder, se olvidan que: "La Patria es primero."

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