El Congreso liberaría 350 mil millones de dólares restantes de los 750 mil millones autorizados a fines de 2008 para enfrentar la crisis.
El presidente George W. Bush le pidió el lunes al Congreso que libere los 350,000 millones de dólares que restan del paquete de rescate financiero para ayudar al país a enfrentar la crisis económica.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca Dana Perino dijo que Bush actuó a pedido del presidente electo Barack Obama. Agregó que Bush continuará trabajando con el equipo de transición de Obama y con el Congreso sobre la mejor manera de proceder para la entrega del dinero.
La idea es hacer que el dinero esté disponible para la nueva administración poco después que Obama tome el poder el 20 de enero.
El Congreso podría votar el pedido durante esta semana, según senadores que recibieron información de Larry Summers, el asesor económico de Obama. Ese dinero es al margen de un plan económico elaborado por asesores de Obama para impulsar la economía, y que costaría al contribuyente otros 800,000 millones de dólares.
Los 350,000 millones de dólares para apuntalar el sistema financiero de Estados Unidos son el resto del dinero del plan de rescate por 750,000 millones de dólares aprobado por el Congreso a fines de 2008.
Tanto el gobierno de Bush como el equipo de transición de Obama han estado apelando a los legisladores para que autoricen los fondos.
El presidente de la Comisión Bancaria del Senado, el demócrata Christopher Dodd, ha dicho que el equipo de Obama le estará dando "detalles específicos" sobre cómo se desembolsará el dinero.
La próxima administración quiere usar más del dinero para ayudar a propietarios de viviendas amenazados con la ejecución de sus hipotecas, dijo Dodd.
Dodd también reclamó que se diga qué ocurrió con la otra parte del dinero. Los bancos que recibieron préstamos no han informado en qué lo han invertido.
Summers trató de lograr el apoyo de los senadores demócratas, mientras el líder republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner, advirtió que habrá obstáculos para poner en circulación el dinero adicional.
El plan de rescate ha sido muy impopular, especialmente porque se ha dado dinero de manera incondicional a las instituciones financieras y éstas no han rendido cuenta alguna de lo que han hecho con ese dinero.