"Señor gobernador de Coahuila y señor presidente de la República, hay mucha hambre en el campo, póngale atención por favor", clama Tomás Castro Olivares, campesino del ejido Nuevo León.
El campo, asegura, sigue abandonado por el Gobierno de los tres niveles desde hace mucho tiempo, pues sólo se dan pequeños apoyos para mitigar la pobreza, pero no se impulsan proyectos productivos a los que pueda tener acceso el campesino.
"En verdad, no tenemos ni para la comida. Ya ni el gato entra a la cocina", enfatiza Castro Olivares, quien ha militado en varias agrupaciones campesinas.
"Los programas y proyectos productivos se los quedan los productores que tienen recursos, pues uno tiene dinero para poner su parte, ya que así lo establece la mayoría de los programas y sólo hay Oportunidades, que es algo de dinero como ayuda o uniformes para la escuela.
"Con hambre las letras no entran y agradecemos al gobernador que les dé uniformes a los niños que van a la escuela, pero lo primero es comer y lo que se necesita es que los campesinos tengamos trabajo para mantener a nuestras familias", dice.
Menciona que con el forraje les fue muy mal este año, pues los compradores pusieron el precio muy bajo debido a que no hay un precio de garantía.
"Si el Gobierno no quiere creer, que no lo crea, que mande personas a varios ejidos a investigar y se darán cuenta", dice.
