Las parroquias de La Laguna y parte de los Llanos se benefician con la nueva Diócesis al acortar distancias y mejorar la comunicación.
Cuencamé | El presbítero Lizardo recibe a monseñor Torres Campos.
Cuencamé, Dgo.- Con la creación de la nueva Diócesis en Gómez Palacio, a cargo del obispo emérito José Guadalupe Torres Campos, la iglesia de Cuencamé, así como las de Santa Clara, Simón Bolívar, San Juan de Guadalupe, y las de la Comarca Lagunera, dejan de pertenecer a la Diócesis de Durango para conformar esta nueva.
Pascual Lizardo, presbítero de la Iglesia de San Antonio de Padua, a su regreso del nombramiento del primer obispo, José Guadalupe Torres Campos, de la recién creada Diócesis en Gómez Palacio, destacó que el objetivo es hacer más fácil la tarea hacia la cercanía de los feligreses pastoralmente.
Beneficio. Agregó que serán muchos los beneficios con este nuevo Obispado ya que en la anterior Diócesis contaba con 200 presbíteros y ésta estará conformada por 50, lo que será una ventaja al haber más prontitud en las relaciones Parroquia-obispado y más acercamiento.
El acercamiento consistirá en que pastoralmente nos reuníamos anualmente y otras dos reuniones cada dos meses y ahora se pretende que al menos cada 15 días se den las reuniones pastorales, de gobierno y espirituales, y para definir las fechas tendremos la primera reunión el próximo lunes con todos los párrocos, añadió.
Distancias. El párroco Lizardo atiende las parroquias de 12 comunidades más cinco templos en esta ciudad, tarea que es algo difícil de atender por la lejanía de las poblaciones como el Templo de la Lagunilla, distante a más de una hora de terracería. Reconoció que para que le fuera cedido otro padre sería necesario que la iglesia tuviera la capacidad económica.
Aunado a lo anterior, sería que el Seminario Mayor de Durango pudiera entre los nuevos ordenados proveerles a alguno de los casi 30 seminaristas pertenecientes a la nueva Diócesis a cargo de nuestro obispo emérito, monseñor José Guadalupe Torres Campos.
Seguridad. El párroco de Cuencamé dijo que en su primer mensaje a los feligreses por monseñor Torres Campos, ante la inseguridad que prevalece en la región, exhortó a la ciudadanía a no acobardarse, “porque el enemigo anda rondando”.
Reconoció que se avizoran tiempos difíciles y por lo tanto la Iglesia se esforzará para ampliar la labor de evangelización, sobre todo hacia quienes por alguna u otra razón se han apartado. Hizo hincapié en la necesidad de rescatar a la familia y potenciar la riqueza de sus valores.