El miedo y el odio a la diferencia siempre ha sido uno de los más añejos y peores vicios de las sociedades. Hija de ambos sentimientos es la discriminación en contra del otro o la otra, sólo porque esa otra no se nos parece físicamente, habla un idioma distinto, no profesa la misma religión o porque tiene una orientación sexual distinta a la nuestra. La discriminación va de la mano de la ignorancia y de la intolerancia y ésta queda a un paso de la violencia.
Mayo fue un mes de sueño y pesadilla para los hispanos en Estados Unidos. Por un lado, Sonia Sotomayor, abogada de origen puertorriqueño, pasó ya a la historia por ser la primer persona de origen latinoamericano en ser nominada a la Suprema Corte de Justicia estadounidense, y apenas la tercer mujer en los más de dos siglos de historia de esa institución. Por el otro, también a fines de mayo, la niña Brisenia Flores, de diez años, fue brutalmente asesinada en un poblado rural fronterizo en el estado de Arizona.
Dos mujeres que representan las dos caras opuestas de la vida en el Estados Unidos contemporáneo.
Sonia, la encarnación del sueño americano. La mujer de origen humilde, que creció en una vivienda popular en el barrio neoyorquino del Bronx en la que su madre viuda le repetía diariamente: "la educación es la solución a todos los problemas de la humanidad." Sonia, la mujer que por mérito propio fue becada para estudiar en Princeton y en Yale y que fue la primera hispana en ocupar un puesto en las Cortes de Distrito de su estado natal.
Brisenia, el engendro de la pesadilla de la intolerancia estadounidense. Una pequeña que dormía la noche de un sábado en su tráiler o casa móvil en Arivaca, un poblado fronterizo de Arizona, cuando un grupo de integrantes de la organización antimigrante Minuteman Defense Group presuntamente ingresó a su casa en medio de la noche con armas para robar, matando en el camino a la pequeña y a su padre y dejando herida a su progenitora. Brisenia, la pequeña que el siguiente lunes ya no regresó a la escuela Amado, donde cursaba el tercer grado.
La historia de la jueza Sotomayor ha sido cubierta por los principales medios estadounidenses. Asimismo, el National Council of La Raza (NCLR), la organización hispana más grande e importante de Estados Unidos, emitió un comunicado especial alabando la candidatura de la abogada. En contraste, la historia de la niña Flores apenas empieza a salir de la blogósfera y a ser dada a conocer por algunos medios. La organización America's Voice (www.americasvoiceonline.org) es una de las primeras en iniciar una cruzada en Internet para dar a conocer el asesinato de la pequeña y en denunciar la violencia contra la comunidad latina, mientras que el NCLR ha guardado silencio. La nominación de Sonia Sotomayor es sin duda uno de los objetivos más importantes que ha logrado el movimiento por los derechos de los hispanos en Estados Unidos. La llegada de Barack Obama al poder representó la oportunidad política de oro para que eso fuera posible.
Sin embargo, los crímenes de odio contra los hispanos han sufrido un brutal aumento en los últimos años. De acuerdo con un reporte dado a conocer esta semana por el Leadership Conference on Civil Rights Education Fund, de 2003 a 2007 se dio un incremento por arriba del 40% en los asesinatos y crímenes cometidos contra personas hispanas en Estados Unidos, justamente los años en los que la reforma migratoria ha sido más discutida en ese país.
El asesinato de Brisenia no debe convertirse en una estadística más. Los presuntos asesinos, una mujer que lidera a esa facción de los Minuteman, así como dos hombres, uno incluso de origen latino, están hoy en la cárcel en espera de juicio, pero eso no debe quedarse sólo ahí.
Hay sin duda mucho que celebrar por la nominación de la jueza Sotomayor, pero las organizaciones que la respaldan y que buscan que los senadores republicanos no demoren su nombramiento, deben buscar también un gesto simbólico de la jueza en torno al asesinato de esta niña y un pronunciamiento contundente del presidente Obama en contra de organizaciones como los Minuteman, ya que, después de todo, si bien dicen que la justicia es ciega, la política no debería serlo...
Profesor del ITAM
Correo: genarolozano@gmail.com