Sorpresa y desilusión en Chicago
La eliminación de Chicago en la primera ronda de votaciones causó sorpresa y desilusión entre más de mil personas que se concentraron alrededor de tres pantallas gigantes colocadas en la Plaza Daley, en espera de celebrar la elección de esta ciudad como anfitriona de las Olimpiadas del 2016.
Una fuerte expresión de frustración compartida se escuchó en este sitio al conocer la noticia, y de inmediato la gente empezó a abandonar el lugar preparado desde el jueves para un gran festejo y en el que los organizadores tenían previsto repartir camisetas y objetos promocionales.
La gente regresó a sus actividades cotidianas con cierta tristeza en sus rostros, y quienes pidieron permiso en su trabajo empezaron a llenar los restaurantes y cafés o simplemente se dedicaron a caminar por el Parque Millenium.
¨Qué fue lo que falló?, era la pregunta recurrente de los habitantes de esta ciudad que desde hace tres años promovía su candidatura y que en los últimos días volcaron su confianza en el carisma y popularidad de la pareja Obama y la presentadora de televisión Oprah Winfrey para convencer al jurado del COI en Copenhague, Dinamarca.
"Chicago es una gran ciudad, estoy segura que hubiéramos hecho un excelente papel, con unas Olimpiadas espectaculares", expresó Debbie Jones, mientras lanzaba una cartulina promocional a un bote de basura.
Para los inmigrantes hispanos, la noticia tuvo un impacto similar de sorpresa y desilusión, particularmente porque lograr la sede significaba oportunidades de trabajo en esta ciudad y en el estado que reportan niveles de desempleo más altos que el índice nacional.
Es el caso de Ernestina Hernández, una inmigrante mexicana quien junto con su hija llegó a la Plaza Daley a las nueve de la mañana, y que tras el anuncio expresó su tristeza, "!que desilusión!, esperábamos que las Olimpiadas trajeran trabajo para nosotros los hispanos en los próximos años y no..., ya no va a ser así".
El escenario montado en la Plaza Daley se empezó a desarmar sin haber sido ocupado, ya que las personalidades que estaban invitadas para un probable festejo nunca aparecieron, y en pocas horas solo quedaron botes de basura repletos con carteles promocionales de la oferta olímpica.
Algunos asistentes tardaron en retirarse del sitio debido a que no podían salir del asombro ante el inesperado anuncio de que Chicago no alcanzó los votos suficientes para pasar a la siguiente ronda de votaciones y no habrá Olimpiadas, ni los 315 mil empleos nuevos que prometían para el estado.
