Su oficio: devolver un poco de 'vitalidad' a los muertos

Hacer que un muerto luzca elegante, estético y con un semblante de tranquilidad y paz ante las personas que se reunirán para despedirlo, es el trabajo de Xoili García López. Él es embalsamador y reconstructor facial de cadáveres desde hace 13 años.

Xoili inició en el oficio por la necesidad de tener un negocio redituable. "Yo quería ser patrón y vi redituable y poco explotable este negocio, por eso me adentré en él y no me equivoqué", dijo.

Su comienzo fue en la venta de ataúdes, pero con el paso del tiempo, como todo buen comerciante, vio la necesidad de ofrecer otros servicios fúnebres como el del embalsamamiento y la reconstrucción facial de los cadáveres, y comenzó a tomar cursos intensivos.

Actualmente tiene un título en embalsamamiento y está próximo a viajar a Guadalajara a un congreso para mejorar la técnica de la reconstrucción en muertes violentas, la cual ha incrementado su demanda, pues según el reconstructor hay meses en que el número de este tipo de muertes supera el de causas naturales.

 MUERTES VIOLENTAS

Es precisamente en este clima de violencia donde el trabajo de Xoili se ha visto más redituable, debido al incremento en la demanda y a los servicios, pues mientras que en una muerte natural sólo necesita una preparación del cuerpo, es decir bañar el cuerpo, maquillarlo, tapar los orificios (boca, nariz y oídos) y es más barata, en una muerte violenta forzosamente tiene que entrar el embalsamamiento y la mayor parte de las veces el de la reconstrucción que son dos cosas diferentes y cuyo precio también varía.

"El embalsamamiento es primero, en éste lo que se hace es desinfectar el cuerpo para que se pueda velar. Se le extraen los órganos y la mayor cantidad de líquidos posibles, especialmente la sangre que es la que hace que un cuerpo se descomponga más rápido. Luego se le inyecta formol, que es un líquido que desinfecta y ayuda a la conservación del cuerpo y una vez que lo tenemos preparado, comenzamos con la reconstrucción", dijo.

El precio de la embalsamación va de 1200 a 2500 pesos, según el tiempo por el que se vaya a preparar el cuerpo, mientras que el costo de la reconstrucción es de 1800 a 2500, (precios económicos) esto según el daño que haya sufrido la persona en su físico.

→ ¿El peligro también ha aumentado?

Sí, he escuchado por algunos colegas que en ocasiones los amenazan cuando velan algún cuerpo asesinado. A mí sólo en una ocasión me amenazaron, pero gracias a Dios no pasó nada.

El reconstructor explicó que una muerte legal o violenta casi siempre es muy impresionante, "Nos ha tocado atender a personas que fallecieron a raíz de impactos de bala, pero hay unas que les desprenden el lugar en el que la bala entró y otras que lo parten en pedazos", dijo.

García López comentó que en algunos casos les es imposible efectuar la reconstrucción. "En una ocasión llegó a la funeraria el cuerpo de un hombre que trabajaba en un trigal. Falleció porque una máquina le pasó por encima de la parte del medio lecho del cuerpo (de los hombros para arriba), la cual es la más importante para nosotros porque es lo que se ve en el ataúd, la familia nos pedía que le hiciéramos la reconstrucción, pero yo le dije que no se podía, al menos aquí en México no conozco lugar alguno donde reconstruyan todo, además le dije que la persona que iba a estar en el ataúd no iba a ser la misma", dijo.

Como bien lo dijo, en la reconstrucción lo más importante es la parte que va de los hombros a la cabeza. Cuando hay partes desprendidas se suturan con hilo fino, si hay partes visibles que falten se reconstruyen y si la cara del occiso está muy dañada, se le pide a los familiares una foto para que el reconstructor se guíe.

En cuanto a los materiales para hacer la reconstrucción Xoili explicó que se emplea cera, yeso, cemento, pegamento, hilo y maquillaje y sobre el procedimiento dijo: "primero se desinfecta la cara con formol, luego se suturan las partes que estén lesionadas. Si a la cara se le desprendió alguna parte y los familiares la lograron recuperar se le pega o se le cose y luego se maquilla. Si le falta algún pedazo se elabora con el material descrito y una vez que se seca se maquilla". El proceso del embalsamamiento con su respectiva reconstrucción puede tardar hasta siete horas, el tiempo, al igual que la técnica, varían según el trabajo que se vaya a realizar, pues mientras que en algunos casos sólo se suturan las partes, en otros se tienen que elaborar.

→ ¿Te ha impresionado alguna muerte?

Sí, pero no fue una sola persona la que falleció, fueron muchas. Hace casi 10 años en un accidente carretero de un camión de una maquiladora que fue por el ejido Dolores. Me tocó ir a recoger algunos cadáveres, estaban en pedazos. El que más recuerdo fue el de un hombre que tenía el cuerpo intacto, pero la cabeza estaba embarrada en el pavimento, no sé qué lo aplastaría, los dientes estaban cerca de la cabeza. Lo que hicimos fue subir el cuerpo y a la cabeza la enrollamos- dijo.

Experiencias como ésta y el hecho de convivir con personas fallecidas ha cambiado la forma de vivir de Xoili y de ver las cosas.

→ ¿En qué has cambiado?

Ya no me gusta la carne, me gustan más los vegetales. Yo era una persona muy alegre, me gustaba reír mucho y aquí en el trabajo no puedo. Mi vestimenta es con colores oscuros o serios- dijo.

→ ¿Y la forma de ver la vida?

A veces veo a las personas cómo le lloran a sus muertos y les gritan que si estuvieran vivos harían X o Y cosas y me han hecho pensar que yo no quiero estar como ellos, por eso trato de disfrutar más a mis seres queridos porque sé que en cualquier momento nos podemos ir.

Sobre la posibilidad de embalsamar a alguno de sus familiares, dijo que definitivamente no lo haría. "No podría, yo creo que le pediría a algún colega que lo hiciera", finalizó.

 XOILI GARCÍA LÓPEZ

Embalsamador y reconstructor

Un poco de historia

La historia del embalsamamiento tiene sus orígenes en Egipto. Al principio esta técnica sólo era empleada para los faraones egipcios quienes eran los únicos que tenían el privilegio de la inmortalidad. Este hecho se ligaba a la creencia de que el alma estaba estrechamente ligada a la persona física y si ésta permanecía intacta, entonces la persona podría seguir en este mundo.

Los egipcios emplearon diferentes técnicas para embalsamar a sus cadáveres, algunas de ellas fueron descritas por el historiador griego Heródoto en el siglo V a. C., en el Libro II, Euterpe, donde explica tres formas de embalsamar cadáveres. La primera de ellas se efectuaba a través de la entrada de unos ganchos por los orificios nasales con los cuales se extraían sesos y órganos. Otra forma de embalsamar era con la introducción de un líquido que derretía parte de los órganos. Al momento de la extracción se sacaba el líquido de los órganos derretidos y otros órganos. La última, según Heródoto, era limpiando las tripas del muerto a través de lavativas.

El embalsamamiento que realizaban los egipcios a la actualidad difiere en la técnica y las fórmulas que se emplean para conservar los cadáveres, sin embargo en ambos se extraen los órganos y la mayor cantidad de líquidos posibles. Actualmente una sustancia de la que echan mano los embalsamadores son el formol de 40, 60 y 90 grados. El más fuerte es el empleado en embalsamamientos en los que se prepara al cuerpo para que resista varios días sin descomponerse. Incluso hay formol en polvo, el cual es empleado en muertes en donde el cuerpo sale muy dañado.