Mientras aquel joven se lavaba las manos en un baño público, de repente vio todo negro y no supo más de él, los paramédicos lo encontraron tirado en el suelo en medio de un charco de sangre y con señales de un fuerte golpe en la cabeza que le había provocado una herida de donde manaba sangre. Subiéndolo a una camilla se dispusieron a trasladarlo hacia un hospital en donde al llegar los médicos constataron que debido al fuerte golpe que recibió se encontraba en estado de coma.
Sofía a quien la gente cariñosamente le llamaba doña Sofi, se apresuró a contestar el teléfono, esperaba con ansiedad la llamada de su hijo Julio quien se encontraba trabajando en otra parte del país y estaba por arribar a su ciudad natal en esos días, al contestar desconoció la voz al otro lado de la línea, la voz era de un hombre que preguntó por un familiar de Julio González -sí yo soy su mamá- contestó doña Sofi -mire señora me temo que le tenemos malas noticias, dijo la voz al otro lado del auricular, presintiendo lo peor doña Sofí se sentó en el sofá, ¿qué pasó? Interrogó con voz temblorosa -el camión donde viajaba tubo un accidente a dos horas de aquí- y pensamos que uno de los pasajeros puede ser su hijo- angustiada doña Sofi anotó los datos de una dirección y tomando un taxi se dirigió hacia el sitio que le señalaron. Al llegar fue recibida por una trabajadora social quien la atendió solícita. Mire señora le comentó; el autobús donde viajaba su hijo sufrió un fuerte accidente, pues chocó de frente contra una pipa que transportaba gas y hubo una explosión que envolvió en llamas a los dos vehículos sólo hubo cinco sobrevivientes que se encuentran plenamente identificados y están graves, pero entre ellos no está su hijo, todos los demás pasajeros murieron, entre los cuerpos encontramos una cartera a medio quemar donde se encontraba una identificación con los datos de él por eso le llamamos. Doña Sofi sintió que el piso se le movía. La trabajadora social la sujetó de un brazo. Es necesario que pase a identificar el cuerpo para ver si corresponde al de su hijo pero le advierto que está muy dañado. Temblorosa y apoyada en el brazo de la trabajadora se encaminaron hacia la morgue. En una plancha se encontraba el cuerpo cubierto por una sábana, y estaba materialmente carbonizado. Al descubrir el cadáver doña Sofi se llevó las manos a la boca, y observó que en la muñeca del brazo izquierdo del cadáver se encontraba un reloj de acero inoxidable que ella había regalado a su hijo dos años antes, el rostro era irreconocible por el efecto del fuego y la constitución del cuerpo era semejante a la de su hijo. -Sí es él- exclamó entre alaridos. La pobre mujer fue retirada de inmediato del lugar y llevada a una oficina donde le recabaron más datos.
El funeral fue de lo más triste. Aunque acompañada de sus amistades y compañeros de trabajo de su hijo no podía mitigar el fuerte dolor que sentía en su alma, viuda desde hacía cinco años no tenía a nadie más en el mundo por lo que quedaba completamente sola pues Julio era su único hijo. Pasado el funeral doña Sofi cayó en una fuerte depresión, casi no comía pero una amiga de ella no la abandonó y al paso del tiempo fue recuperando algo de ánimo.
Pasaron los meses y el dolor de su alma aunque había disminuido, no podía borrar el recuerdo de su hijo. Era el mes de mayo y se acercaba el día diez, su amiga que literalmente no la había abandonado le habló por teléfono el día nueve pidiéndole que la acompañara a una tienda departamental el día diez, pues iba a hacer algunas compras, aunque no muy convencida doña Sofi aceptó acompañarla al día siguiente. El Día de las Madres, llegó su amiga por ella y ambas se encaminaron hacia la tienda departamental. El plan de su amiga era hacerle un regalo a doña Sofi y luego llevarla a su casa en donde comerían acompañadas de los hijos de ella, con el objetivo que no se estuviera sola y menos ese día y desde luego para hacerla sentirse mejor. Poco a poco fueron recorriendo los diferentes departamentos de aquel negocio, y al pasar por el departamento de electrónica varios televisores se encontraban encendidos pero a doña Sofi no le llamaron mucho la atención, casi de reojo vio que proyectaban un noticiero donde se veían médicos y enfermeras de un hospital, cuando iba a dirigir su vista a otra dirección distinta de los televisores, la imagen de un hombre en una cama de ese hospital la hizo devolver la mirada hacia los aparatos, de inmediato reconoció el rostro de aquel hombre
Presurosas tomaron un taxi y se dirigieron al hospital en cuestión, doña Sofi temía que el destino le estuviera jugando una broma y no fuera en realidad su hijo. Al llegar fueron conducidas hacia la habitación donde se encontraba el paciente y con llanto en los ojos pudo constatar que se trataba de su hijo y estaba vivo. Julio al verla de momento no la reconoció pero al poco tiempo supo reconocer el rostro de su madre y poco a poco fue recuperando la memoria. El día del accidente había conocido a un sujeto en el autobús con el cual entabló conversación y al llegar a una terminal de autobuses, casi a dos horas de distancia de su ciudad natal, acudió al baño de la misma acompañándolo el sujeto que había conocido, y en un descuido de Julio el individuo lo golpeó fuertemente en la cabeza con una botella de refresco dejándolo tirado en el piso, y despojándolo de sus pertenencias así como de su reloj. Minutos después el tipo volvió a abordar el mismo autobús que se accidentó kilómetros más adelante pereciendo el individuo con las pertenencias de Julio.
Ese día fue el más feliz en la vida de doña Sofi pues recuperó al hijo que creía haber perdido. Si haz perdido a algún hijo o hija, recuerda que el o ella estarán siempre en un lugar mejor y que tarde o temprano volverás a reunirte con él. Les deseo lo mejor en este día a todas las madres del planeta; a mi madre que me dio la vida, en especial a mi hija quien cumple su segundo aniversario como madre y a mi esposa quien tuvo la dicha infinita de la maternidad. ¡Feliz Día de las Madres!
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