Misión cumplida. Luego de una clasificación con muchas dudas y casi a punto de no asistir al Mundial de Sudáfrica, ayer la Selección Nacional, de la mano de Javier Aguirre y Cuauhtémoc Blanco, obtuvo su boleto ante El Salvador.
México, Df .- Es ley natural que el agua busque su cauce y el gigante río verde, en forma de futbol, lo ha encontrado directo a Sudáfrica.
Así tenía que ser desde un principio, aunque en el camino tuvieron que caer cabezas de histórico valor que han quedado como piedras en el camino. Javier Aguirre lo ha hecho de nuevo, Cuauhtémoc Blanco le ha ayudado otra vez. México se ha clasificado al Mundial de 2010, un partido antes de que finalice el hexagonal de la Concacaf, panorama que antes de la llegada del Vasco ni siquiera pasaba por la mente del aficionado mexicano más optimista.
La victoria de ayer sobre El Salvador (4-1) se convirtió en el pretexto idóneo para comenzar una fiesta que no parará hasta el inicio de la justa veraniega. El futbol mexicano se ha reivindicado con una afición que le recuperó la confianza a golpe de resultados. El conjunto tricolor se ha apuntado a la lista de los invitados para la Copa del Mundo, no como se planeó de inicio, mas se ha cumplido. Las "figuritas" de las que Aguirre hizo un equipo, volvieron a unir talento. Sin "divas" que pusieran en peligro el objetivo, los 11 de la cancha -incluido Rafael Márquez, que se perdió todo el hexagonal- crearon el estado de felicidad absoluto entre los miles del estadio y millones en el país. Los mexicanos que fueron al Azteca (fortaleza infranqueable) salieron a comerse a los salvadoreños que se olvidaron de la fanfarronería por el sólo impacto del marco al que se enfrentaban.
Después de la interrupción de ocho minutos que tomó deshacerse de unas abejas en la meta visitante inició el juego. Pero la intensidad que pidió Aguirre y con la que arrancaron los verdes, comandados por Cuauhtémoc Blanco, quien se recuperó de una molestia muscular, no alcanzó para imponer condiciones en el marcador como se esperaba en las tribunas.
México se perdió en el amontonado parado diseñado por Carlos de los Cobos, estratega mexicano que dirige a El Slavador, para evitar ser víctima de una goleada, que pudo caer con algo más de puntería de Guillermo Franco y Carlos Vela, quienes tuvieron sus oportunidades frente al meta centroamericano Miguel Montes, del mismo número de importantes atajadas.
La figura de Blanco, líder moral y futbolístico del equipo, pegó en todo momento al psique visitante. Por eso la importancia de que jugara, a pesar de las molestias. Por eso la necesidad de que estuviera en el equipo, a pesar de la edad. Cuauhtémoc fue el mejor cómplice de Aguirre en la obtención del boleto al Mundial y ayer realizó la última gran cooperación para ello.
Sin tocar el balón, el 10 mexicano marcó el tanto que dio destino al juego. La sola presencia del atacante asustó a Marvin González, quien anotó al minuto 25 en propia meta el 1-0. Lo que siguió fue la lucha de los verdes por aumentar la felicidad de su gente, con unos salvadoreños respondones de futbol esporádico y patadas continuas.
No fue hasta que apareció la magia de Blanco, que el Tri logró el segundo gol: combinación entre Cuauhtémoc (a pase de "taquito"), Vela y Franco, que culminó el 10, con toque elegante y festejo ensordecedor. El abrazo que siguió entre Aguirre y Blanco resumió el regreso en una eliminatoria que se había complicado de inicio. El veterano recién incorporado al Tri, Francisco Palencia, entró de cambio por Cuauhtémoc, en un gesto del entrenador mexicano para que el público agradeciera al veterano jugador del Chicago Fire. La modificación no quedó a deber, Palencia encontró un hueco por derecha y marcó el tercero para México, que ya podía sentirse en el Mundial.
La mala nota fue el tanto recibido en tiro libre, a potente disparo de Julio Martínez (3-1), mas ese pequeño golpe fue apagado por Vela unos minutos después con el cuarto para el Tri y antes del final que hizo oficial la clasificación al Mundial de Sudáfrica, ganada a sangre y sudor.
'Cuau', el héroe de siempre
El veterano le dio nueva vida al Tri, que parecía casi fuera del Mundial.
n Es el que algunos decían que no iba a jugar. El cerebro, el de los "taconcitos", las fintas, los bailes y todo el teatro futbolero.
n Cuauhtémoc Blanco, genio y figura, odiado y amado. El más querido entre la afición tricolor. "Es el 'Cuau'", arranca la gritería de las 100 mil gargantas, cuando la voz del Azteca anuncia su inclusión en el 11 titular.
n Se transformó en el hombre que mata, el del "taconcito" a Guille, quien devuelve el favor, y Blanco sin dudar fulmina a Montes.