Cuando el peleador venezolano Nehomar Cermeño hizo declaraciones desde su ciudad residencial en Panamá, de que venía a Torreón, la tierra de su rival Cristian Mijares, lo hacía con la mentalidad de ganar, porque también él anhelaba ser campeón mundial gallo de la Asociación Mundial de Boxeo.
Las reacciones se dieron de inmediato, tildando al boxeador vinotinto de "fanfarrón y hablanchín" y no sé qué tantas lindezas.
Mientras que el "Diamante Lagunero", más mesurado, no quiso entrar en detalles ni dar crédito a las palabras de su rival, señalando a los medios de comunicación que estaba dedicado a su trabajo en el gimnasio, preparándose para salir adelante en este difícil compromiso, en donde estaba en juego el título mundial interino de peso gallo de la AMB.
Todavía cuando Nehomar arribó a esta ciudad, reiteró lo dicho con anterioridad, "vengo y quiero ganar, aunque sé que mi rival (Cristian Mijares) es un peleador con bastante experiencia por haber sido poseedor de tres títulos mundiales de la división supermosca, pero yo también vengo muy bien preparado para triunfar".
Durante los días que permaneció en la ciudad, antes de la función (sábado 14 de marzo en el Coliseo Centenario) el venezolano no mostró nada en los gimnasios que visitó, supuestamente para cerrar su preparación.
Mientras que Cristian Mijares, ante los ojos de los laguneros y uno que otro "espía" que se coló entre los nuestros, trabajó con toda tranquilidad en el inmueble de su propiedad con la dirección de sus tíos, Ricardo y Vicente Mijares, responsables de su preparación.
Y vaya que si el vinotinto sorprendió a todo mundo, entre ellos a los más de cuatro mil aficionados concentrados en el Coliseo Centenario y millones de televidentes de toda la República Mexicana, que vieron el desarrollo del combate por la pantalla chica, al vencer por decisión dividida al gomezpalatino.
¿Que si le robaron la pelea al mexicano? ¿Que los jueces favorecieron al venezolano? Todo es historia, porque el fallo fue determinante y el triunfo por decisión dividida le correspondió al visitante.
Ahora Cristian Mijares tendrá que buscar otra oportunidad para cumplir su venganza de aquel tropiezo ante Vic Darchinyan y volver a ser figura principal de los encordados ostentando un campeonato mundial. A mi estimado amigo Enrique le digo que ya habrá otra mejor oportunidad para ver triunfar a su ídolo, el "Diamante Lagunero".
Por eso del encabezado, ¡vaya que Cermeño tenía razón en lo que declaró en Panamá!