Vaqueros Laguna sigue aferrado, antes de que concluya la primera vuelta de la temporada 2009 de la Liga Mexicana, peleando por la quinta posición del standing de la Zona Norte, que en estos momentos comparte con Sultanes de Monterrey con marca de 20-24 en ganados y perdidos.
Desde luego que las primeras cuatro posiciones están muy definidas. Diablos Rojos del México (30-14) sigue siendo el mandón en la división norteña. Le sigue, para muchos la sensación de la campaña 2009, Broncos de Reynosa (28-16), en tercer lugar está trepado Saraperos de Saltillo (24-20) y en el cuarto sitio aparece Acereros del Norte de Monclova (20-23).
Abajo de Vaqueros Laguna y Monterrey se encuentra Dorados de Chihuahua (18-25) y en el frío sótano está Tecolotes de Nuevo Laredo (15-29).
Por lo tanto, la serie de tres desafíos que inicia esta tarde (19:30 horas) en el Estadio de la Revolución entre Dorados de Chihuahua y Vaqueros Laguna será determinante en las aspiraciones del cuadro naranja por afianzarse en la quinta posición y sumar los más puntos posibles al final de la primera vuelta de la temporada.
En estos tres días a Vaqueros se le presenta la oportunidad de ascender en el standing, y no por el hecho de que viene Chihuahua, quien se encuentra abajo en la tabla. Nada que ver, porque si analizamos la serie pasada de la escuadra anaranjada ante Tecolotes de Nuevo Laredo, que perdió 2-1, las posiciones de los equipos nada tiene que ver. Aquí la única ventaja es que se juega en casa, en donde el apoyo del público es fundamental en el ánimo de los peloteros.
Enseguida (este fin de semana) se tendrá la visita, en otra interesante serie de tres juegos, del tercer lugar Saraperos de Saltillo.
Aquí es donde debe aprovechar Vaqueros Laguna, porque la semana próxima tiene dos salidas nada fáciles: primero en el Foro Sol ante los Diablos Rojos del México y después en el Estadio Monumental de Chihuahua frente a Dorados.
En conclusión, Vaqueros Laguna antes del cierre de la primera vuelta tiene oportunidad de meterse a la pelea. Sólo será cuestión de que responda el pitcheo a la hora de la verdad, porque en bateo hay confianza.
