Cambio de política. El presidente de Estados Unidos en conferencia de prensa internacional, donde dejó en claro su cambio en la política exterior de su país. AP
El presidente de Estados Unidos defiende haber estrechado la mano de Hugo Chávez.
El presidente estadounidense Barack Obama sugirió ayer que Cuba libere a los presos políticos, permita más libertades y reduzca las cuotas a las remesas que se envían de Estados Unidos a la isla caribeña.
El mandatario estadounidense, que también defendió el haberle estrechado la mano a su colega venezolano Hugo Chávez, dijo que los intercambios con Cuba y con Venezuela proporcionan "una oportunidad para un diálogo franco en torno a una serie de asuntos, incluyendo cuestiones cruciales de democracia y derechos humanos en todo el hemisferio". Y aún así, agregó rápidamente, "la prueba para todos nosotros no son simplemente palabras sino también hechos".
Anteriormente esta semana, Obama suspendió las restricciones a los cubano-estadounidenses que deseen viajar y enviar dinero a la isla, y dejó en libertad a las compañías de telecomunicaciones de Estados Unidos para que hagan negocios allí. La Habana respondió a la medida y dijo que estaba abierta al diálogo sobre diversos temas, entre ellos el del respeto a los derechos humanos, un tema sobre el cual desde hace tiempo se había negado a negociar.
Obama, en declaraciones a periodistas durante una última conferencia de prensa en la Cumbre de las Américas, sugirió que Cuba podría responder más al liberar a los prisioneros políticos y al recortar las cuotas que aplica al dinero que los cubano-estadounidenses envían a sus familias.
El presidente de Estados Unidos minimizó la condena del Partido Republicano a su fuerte apretón de manos con Chávez. Dijo que el presupuesto de Defensa de Venezuela es de aproximadamente una 600ma parte que el de Estados Unidos, e hizo notar que el país es propietario de la compañía petrolera Citgo.
"Es difícil creer que estamos poniendo en riesgo los intereses estratégicos de Estados Unidos" al hablar con Chávez, dijo. Fue el primer viaje de Obama como presidente a la región, y dijo que la reunión de presidentes tenía el potencial de crear mayores progresos en economía, el control del cambio climático y la inmigración. Al igual que como lo hizo en un viaje reciente por Europa, en Latinoamérica Obama hizo énfasis en que Estados Unidos es un socio bien dispuesto, "inclinado a escuchar y no solamente a hablar" en el esfuerzo por intentar impulsar los intereses nacionales.
"Reconocemos que otros países también tienen buenas ideas y queremos escucharlas", afirmó, y agregó que el hecho de que una idea provenga "de un país pequeño como Costa Rica" no quiere decir que ello disminuya sus beneficios potenciales.
Obama agregó que la política estadounidense hacia el Gobierno cubano, de varias décadas, no ha funcionado como se buscaba y merece reevaluarse.
El presidente estadounidense afirmó que sería tonto pensar que ignorar a Cuba provocaría algún cambio de Gobierno en La Habana, y consideró que deben reevaluarse las políticas hacia la isla formuladas por varios gobiernos norteamericanos antes de que él naciera.