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Superan el miedo para cumplir con su trabajo

Vocación de servicio. Al igual que muchas mujeres, María Magdalena se enfrenta día a día al peligro para poder cumplir con su trabajo: salvar la vida de otras personas.

Vocación de servicio. Al igual que muchas mujeres, María Magdalena se enfrenta día a día al peligro para poder cumplir con su trabajo: salvar la vida de otras personas.

Cristal Barrientos El Siglo de Torreón

María, Elisa y Luisa sirven con valentía a la sociedad.

María Magdalena, Elisa y María Luisa, no se pueden dar el lujo de tener miedo. En sus manos está la vida, la seguridad y la libertad de la ciudadanía. En la Cruz Roja, en la Policía Preventiva y en el Juzgado Tercero del Ramo Penal -sus lugares de trabajo-, enfrentan sin titubear la violencia en las calles de Torreón.

Este domingo es el Día Internacional de la Mujer, y María Magdalena, Elisa y María Luisa, son un ejemplo a seguir. A ellas el peligro las acompaña todos los días, pero desde hace muchos años se "blindaron" contra el miedo para dar lo mejor de sí en su trabajo.

 SALVAR VIDAS

A sus 26 años de edad, María Magdalena Ruiz Reina ha salvado la vida de muchas personas. Trabaja como voluntaria en la Cruz Roja desde hace siete años, y aunque aún no se acostumbra al dolor de la muerte, trata de mantener la cabeza fría porque sabe que cualquier titubeo puede ser mortal.

Su pasión por salvar vidas nació cuando tenía 15 años de edad. En ese tiempo su hermano Daniel era voluntario de la Cruz Roja y para María Magdalena era un orgullo verlo salir vestido con su uniforme. "Siempre me imaginé arriba de una ambulancia pero no como lesionada sino ayudando a la gente".

Para cumplir su sueño, estudió el curso intensivo de tres meses para convertirse en Técnico en Urgencias Médicas. De los 30 que se inscribieron, sólo cuatro aprobaron. Tenía 19 años de edad cuando ingresó como voluntaria a la Cruz Roja, y a pesar de que estudia la licenciatura en Seguridad e Higiene, no piensa dejar de ayudar a las personas.

"Todavía tengo las fotografías de mi hermano. Me gusta recodarlo con su uniforme porque era abanderado en la escolta e iba al cerro a hacer honores, y yo decía 'es mi hermano, es mi hermano'. La gente me pregunta que cómo puede ser posible que tenga la sangre para estar ahí, pero me encanta mi trabajo".

Todos los días trata de mantener la calma, pero también procura nunca olvidar el lado humanitario ni los sentimientos. Ante una emergencia reacciona rápido porque asegura que un segundo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

A pesar de los años que lleva en la Cruz Roja, María Magdalena aún no olvida la primera vez que se enfrentó a la muerte, ni la impotencia que sintió de no poder salvar a la persona que murió en un accidente automovilístico.

"Lloré mucho ese día pero la vida sigue. Otra cosa que descubrí es que los niños son mi debilidad. Me molesta que mueran por imprudencias de sus padres que los llevaban en los asientos delanteros sin cinturón de seguridad. Siempre que puedo trato de darles recomendaciones para que protejan a sus hijos".

En una ocasión hubo un accidente en un bulevar transitado de Torreón. María Magdalena y sus compañeros, acudieron pero cuando llegaron encontraron a varios niños acostados en hilera sobre la banqueta. Todos estaban llenos de sangre. En ese momento sintió ganas de llorar, mas tuvo que sobreponerse para atenderlos rápido y trasladarlos al hospital. Dice que es un día que jamás olvidará.

"Trato de no actuar como si los heridos fueran un accidente más, unos muertos más, una cifra. Si no puedes ayudar en un 100 por ciento a sanar sus heridas, hay que reconfortarlos y decirles que todo va a salir bien. Nosotros damos atención pre-hospitalaria, no somos doctores pero de nuestro trabajo también depende la vida de las personas".

María Magdalena se levanta a las cinco de la mañana. Trabaja como voluntaria de las siete a las dos de la tarde, pero llega 15 minutos antes de su hora de entrada para checar qué ambulancia le va a tocar, limpiarla si está sucia, bajar el equipo y acomodarlo, y estar a la expectativa por si hay algún servicio.

"La regla de oro es el tiempo porque un minuto es esencial, porque del tiempo que tarde dependerá si el accidente tiene un buen final o no", comenta.

En los últimos meses, el trabajo de María Magdalena se ha vuelto más peligroso. Recuerda que antes la mayoría de las urgencias se debían a los accidentes automovilísticos, pero los lesionados y muertos por la violencia en la calle ya ocupan el primer lugar de atención en la Cruz Roja.

Aunque su familia se preocupa porque ahora debe acudir a rescatar personas heridas de bala, María Magdalena dice que no siente miedo. "Hay un ambiente muy tenso por la violencia. Las ambulancias están trabajando a todo lo que da. Hay veces que me voy a un servicio y todavía no lo termino cuando ya me están mandando a otro; y el que sigue, y el que sigue. Hay días que ni siquiera nos bajamos de la ambulancia".

Recuerda que antes los socorristas tenían la oportunidad de cambiar las bolsas con los desechos biológicos, o hacer otras cosas, incluso relajarse un poco, "ahora las ambulancias están en servicio todo el tiempo. Hay mucho estrés. No me ha tocado un momento crítico como que me hayan alcanzado las ráfagas porque lo que estamos haciendo es esperar a que las balaceras pasen para poder atender a los heridos".

Ante la violencia, los socorristas se esperan a que los policías controlen la situación para entrar a las colonias en conflicto y atender a los heridos. "No podemos arriesgarnos porque no vamos a poder ayudar al lesionado, entonces más vale esperar un poco para poder salvarle la vida a las personas".

Gracias a Dios, dice, no siente miedo pero reconoce que no está exenta de resultar herida en una balacera, ni siquiera por ser socorrista. "Mi mamá todos los días me da la bendición antes de salir de casa, y me dice que tenga cuidado, y yo también rezo por todos mis compañeros para que nada malo suceda".

Ante el peligro, la sonrisa de las personas es su mejor pago. "En Cruz Roja se necesitan manos y yo tengo dos. Mucha gente nos critica pero al final terminan por valorar nuestro trabajo. Las mujeres también somos muy fuertes".

 CARRERA EN ASCENSO

Desde que María Luisa Valencia García era una niña, siempre soñó con ser una abogada reconocida. Ahora es titular del Juzgado Tercero del Ramo Penal y aunque la violencia es una amenaza constante en su carrera, su meta es seguir ascendiendo.

"Siempre fui muy inquieta de niña pero siempre tuve firme lo que quería estudiar y hacer. Recuerdo que cuando había un pleito o golpes entre mis hermanos, siempre mediaba entre ellos para tratar de ponerlos en paz".

Convertirse en jueza no fue fácil. Inició prestando expedientes en la barra, de meritorio, como secretaria escribiente, hasta llegar al puesto que hoy ocupa. "Mi objetivo siempre fue y sigue siendo, seguir ascendiendo en mi carrera judicial".

Como responsable del Juzgado Tercero del Ramo Penal, lleva siete años. "Para conseguir este puesto presenté un examen de méritos junto a 50 personas, y obtuve el primer lugar de la lista, y esto se tomó como base cuando hubo una vacante en los juzgados. Han sido años duros, con casos muy difíciles pero no imposibles de resolver si se antepone la responsabilidad y honestidad".

En su carrera se ha topado con casos que le indignan pero nunca deja que la pasión le gane, y trata de no involucrarse para evitar que la resolución sea subjetiva.

"Siempre me trato de guiar por la honestidad, sobre todo porque necesitamos autoridades limpias y transparentes, en quienes la gente pueda confiar. Este es mi máximo objetivo, que la gente confíe en mi papel como juez porque además estamos en un sistema para hombres".

María Luisa reconoce que las mujeres no pueden romper esquemas de la noche a la mañana, y para lograrlo necesitan prepararse y estudiar, sobre todo darle la confianza a la ciudadanía de que una mujer también puede tener éxito y tomar decisiones acertadas.

Cuando inició su carrera judicial, todos sus compañeros de trabajo eran hombres, y recuerda que uno de ellos le llegó a decir 'sabe qué, a mí nunca me ha mandado una mujer'. "Pero así con las cosas, vamos a tratar de trabajar en equipo porque no somos bandos contrarios, somos complemento y podemos sacar esto adelante", comenta la juez.

Si antes su carrera era peligrosa, ahora lo es más, dice María Luisa. "Siempre habrá una parte que no quede conforme con las resoluciones, pero tanto en la vida personal como en la profesional, siempre trato de no tener miedo".

Por eso, además de encomendarse a Dios para que la proteja, la juez se capacita para brindar un servicio de calidad, "y cuando hay que hacer actos de valentía, pues se tienen que hacer. La finalidad es dejarle a su familia un mundo mejor".

Para este ocho de marzo, María Luisa aconseja a todas las mujeres formar hijos con valores porque sólo así se podrá frenar la oleada de violencia. "Necesitamos ser valientes y armarnos con mucho amor porque es la única forma de acabar con la inseguridad, y para eso hay que retomar la base fundamental de la sociedad que es la familia".

 EN MEDIO DEL PELIGRO

Antes de salir a trabajar, Elisa Ávila Ortiz le pide a Dios su protección. Tiene 29 años de edad y desde hace siete trabaja como policía en la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Torreón. En este tiempo, la han insultado, golpeado, incluso fracturado una pierna en el cumplimiento de su deber.

A pesar del peligro, a Elisa le gusta servir y proteger a la ciudadanía en cualquier situación de emergencia. Antes trabajaba como operadora en una línea de taxi pero un día vio una convocatoria para participar en la Academia de Policía y sin pensarlo dos veces acudió a presentar el examen.

"Fue un cambio total de trabajo. En mi casa me dicen que lo tenía muy escondidito. Cuando me preguntan por qué escogí esta carrera, no sé qué responder. Sólo sé que me gusta a pesar de que soy madre soltera, tengo tres hijos que dependen de mí nada más".

Karen de 15 años, Leslie de 11 años, Osvaldo de tres años, son los hijos de Elisa. "Como siempre trato de dejar el estrés de mi trabajo afuera, ellos no se dan cuenta del peligro que enfrento todos los días, también mis compañeros, pero me gusta la adrenalina y el peligro. Nunca se sabe qué situación voy a enfrentar, por eso me preparo siempre".

Elisa asegura que nunca imaginó el peligro que enfrentaría al trabajar como policía, pues aunque antes era riesgoso, ahora lo es más, "pero hay que seguir adelante. La vocación la lleva uno y hay que echarle ganas. Hay gente que tiene una idea equivocada de nosotros por toda la violencia que se registra, y los policías quisiéramos que no fuera así, sin embargo, creo que no es momento de buscar culpables sino soluciones".

Ante las críticas de la ciudadanía, Elisa trata de no desanimarse, "deberían de poner las cosas en una balanza, tanto las cosas buenas como las malas, porque nosotros estamos para servir a la ciudadanía y nos enfrentamos a todo, yo he recibo golpes e insultos, pero también agradecimientos".

Por eso siempre trata de quedarse sólo con lo bueno de la vida y seguir echándole ganas. "Ya estoy 'blindada' contra los insultos, además mis hijas se sienten orgullosas de que sea policía, y me da gusto porque presumen ante sus amigos mi trabajo y eso me hace sentirme orgullosa".

Organizan actividades

Laura Pacheco, titular de la Procuraduría Estatal de la Familia, informó que en el marco del Día Internacional de la Mujer están impartiendo en los planteles educativos la conferencia "Cómo prevenir la violencia", que es desarrollada por José Antonio Olivas, abogado de la dependencia y Verónica Ruiz, terapeuta del Centro de Atención Integral de la Familia.

La funcionaria dijo que están en etapa de prevención porque en el 2008 atendieron a más de 8 mil personas que fueron víctimas de violencia y por este motivo se consideró prudente impulsar una campaña para prevenir la violencia. "Estamos acudiendo a todas las escuelas que nos invitan, pero también queremos que los padres de familia entiendan que a nuestros hijos tenemos que enseñarles los valores en casa, hay que darles buenos ejemplos, por eso seguimos impulsando la campaña 'Tus hijos hacen lo que ven, da buenos ejemplos'", dijo.

En Ciudad Lerdo, el Instituto Municipal de la Mujer, preparó una feria en donde se llevarán a cabo diversos talleres, que van desde manualidades hasta repostería.

La cita será hoy en punto de las diez de la mañana en la Plaza Principal, en donde además se realizará una muestra gastronómica a cargo de las usuarias del propio instituto.

Así mismo, se instalarán módulos de consulta médica y dental, en donde también, la unidad móvil para la prevención del papanicolau estará disponible para la toma gratuita de muestras, contando en este caso con el apoyo de la Dirección de Salud del Municipio y del área de Prevención Social.

En el marco de la conmemoración, a partir de este lunes la Dirección de Salud de Gómez Palacio se apoyará con la Unidad Móvil para emprender una jornada de detección y prevención de enfermedades, en la que se otorgarán consultas a todas las mujeres que acudan.

El vehículo permanecerá en las oficinas del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de las nueve de la mañana a las tres de la tarde, y se practicarán densitometrías para la detección de osteoporosis y osteopenia y toma de glucosa mediante la cual se puede determinar la existencia de diabetes en las personas, según dio a conocer el director de Salud, Gerardo Bañuelos Garza.

La fecha

La propuesta del 8 de marzo como fecha oficial la hizo en 1910 la alemana Clara Zetkin, integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección, durante el Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca.

⇒ La historia más extendida sobre la conmemoración del 8 de marzo hace referencia a los hechos que sucedieron en esa fecha del año 1908, donde murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarias que les lanzaron ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían.

⇒ La Organización de las Naciones Unidas (ONU), como un importante foro y espacio multinacional, favoreció la adhesión de muchos países a la celebración de este día.

⇒ Durante la Asamblea General de 1977 de la ONU se invitó a todos los países miembros a reconocer y conmemorar las múltiples contribuciones de las mujeres a sus sociedades y a promover la toma de conciencia de la situación femenina y sus luchas por vivir en un mundo con menos violencia, menos discriminación y mayor igualdad en la distribución de las oportunidades.

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Escrito en: Día de la Mujer

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