Proyecto. Imagen de la supercarretera, uno de los proyectos más ambiciosos para conectar al estado de Durango con Mazatlán, que esperan esté terminada para el año 2012. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Se espera que para el año 2012 la rúa esté totalmente terminada, Accidente.
Durango.- Entre el fango, la lluvia, los bosques y el aislamiento, decenas de hombres desafían a la Sierra Madre Occidental y abren paso. Su tarea es que el sueño de una autopista que conecte a Durango con Mazatlán deje de serlo. Si todo sale como hasta ahora se ha programado, cumplirán su cometido en el año 2012.
Una vía de comunicación que se había planeado hace más de dos décadas se encuentra ahora en proceso. Será en total 230 kilómetros y su construcción inició desde el año 2002.
La obra, a cargo de la Dirección General del Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) abarca desde el libramiento Durango hasta el kilómetro 157. Ya trabajan a la altura del kilómetro 133 aunque el último tramo, antes de llegar a Sinaloa, es el más complejo.
La quinta y última etapa que en estos momentos se edifica tiene un costo de contrato original de tres mil 971 millones de pesos, la más cara hasta el momento. Incluye la construcción de ocho mil 546 metros en 26 túneles, dos mil 518 metros de 14 puentes especiales y 34.9 kilómetros de tramo carretero para hacer una longitud total de 45.9 kilómetros.
NO ES TAN FÁCIL
Conocer cómo se construye una vía de comunicación de esta magnitud hace entender el porqué ya son siete años los que se han invertido y, más aún, que falten otros tres.
No es lo mismo subirse a un carro y circular por la cinta asfáltica que ha sido terminada que adentrarse a las brechas donde las enormes máquinas parecen estar vivas y con sus potentes brazos de acero levantan toneladas de tierra y piedras.
Al lado de Manuel Ortiz Valencia, residente general de Carreteras federales del Centro SCT, recorrimos la supercarretera hasta llegar al punto donde se encuentran trabajando. En esta época del año, la lluvia da poca oportunidad de avanzar a las constructoras, las empresas Omega y la española Aldesa.
Gracias a que la camioneta es cuatro por cuatro pudimos andar entre los caminos madereros y los trazos que en algún momento se hicieron para el también anhelado ferrocarril a Mazatlán. En más de una ocasión, temimos quedarnos atascados en esas estrechas calzadas con pronunciadas curvas que tienen a sus lados barrancos de más de 70 metros de profundidad.
La diversidad de pinos que se puede admirar -cuyos paisajes en ocasiones semejan una pintura y el aire fresco, son los que daban la calma entre el brincar de la unidad y el cielo que, conforme pasaban las horas, daba la bienvenida a las nubes cargadas de lluvia.
TRAMOS EN CONSTRUCCIÓN
En la zona que ha sido bautizada como Las Pirámides, en el kilómetro 115, algunos obreros hacían maniobras de perforación. Han tenido algunos contratiempos pues hay líneas de alta tensión y una torre que debe ser removida. Al momento de hacer la explosión para los cortes en el cerro, que llega hasta los 32 metros de altura, hay normas que deben seguir de manera que la infraestructura adyacente no sea afectada según explicó Mauricio Andrade, quien supervisaba a los obreros por parte de la empresa Omega.
El cambio de la torre probablemente costará algunos millones de pesos tal y como ha sucedido en otros tramos. Esos son gastos imprevistos en los contratos.
Después de esta escala, a seguir internándose en la Sierra, hasta llegar al kilómetro 115+700, donde se dan los preparativos para iniciar el primer túnel que habrá ir de Durango hacia Mazatlán.
Por las condiciones climatológicas sólo trabajan dos turnos y hay pocos peones, pero en cuanto cesen las precipitaciones pluviales, dice Ortiz Valencia, se triplicará la mano de obra.
El 80 por ciento de los trabajadores es de la región; sin embargo, la gente de mando viene de otras regiones e incluso, países.
Quienes trabajan en la construcción sacrifican comodidades y convivir con su familia. Tienen frágiles casas de campaña para descansar, algunas cubiertas con plásticos, aunque hay otros que prefieren hacer una fogata al abrigo de una cueva dentro de enormes rocas.
LOS EXTRANJEROS
A cinco horas de haber salido de la ciudad capital llegamos al ejido Nuevo Echeverría. En este tranquilo lugar los responsables del proyecto de la empresa Aldesa han levantado un cómodo y moderno campamento. Serán 60 personas las que vivan allí, cada uno con habitación individual y su respectivo baño. Tienen su comedor y dado que habrán de vivir allí por dos años, en breve también contarán con áreas deportivas.